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Las hermanas Muzychuk, ejemplo de lucha feminista de verdad

    La liberación de la mujer y la conquista de sus derechos es inversamente proporcional al tamaño de sus faldas. A menos falda, a menos miradas de desaprobación, más derechos. En esto de la igualdad se ha de ser muy estricto, sin llegar a caer en las estridencias de las faldas en los semáforos. La igualdad real se consigue día a día, luchando contra la discriminación por razón de sexo. Contra la violencia, contra el machismo, contra la brecha salarial.

    Feminismo hay de muchos colores y opiniones, y aunque nadie tenga una respuesta mágica al problema que sufren todavía muchas mujeres, también en nuestro país, conviene destacar dos verdaderos ejemplos de lucha. Las jugadoras de ajedrez Anna Muzychuk y Mariya Muzychuk, campeonas internacionales en este deporte, se han negado a participar en el campeonato mundial en Arabia Saudí por no respetar sus derecho y por pretender a obligarlas según las normas que marca la interpretación más rancia y casposa de la religión islámica, porque también en esto hay matices. 

    Las Muzychuk son todo un ejemplo de lucha. Renunciando a cuantiosas cantidades económicas, y a la fama, nos marcan el camino a seguir a todos. Los derechos no se venden, ni se compran. En muchos países del mundo, con mucho esfuerzo y lucha, hemos conseguido unos mínimos de igualdad, y ninguna cantidad de dinero es lo suficientemente grande como para volver atrás. Nada paga obligar a nadie a vestir de una determinada manera en función de su sexo. 

    Gracias Anna. Gracias Mariya. 

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