¿Se acabó el bipartidismo?

Muy bueno y saludable sería para esta joven democracia, decirle adiós al bipartidismo. Hora es ya de que surjan, salten a la palestra nuevos políticos, de otra talla e ideas renovadoras, quizás -ya de verdad, más cercanas a las personas. La sorpresa: PODEMOS, alcanza 5 eurodiputados con 1.245.948 votos.

No es el momento ni voy a entrar en analizar el comportamiento de aquellos regidores que físicamente están a nuestro lado, los del municipio. Son vecinos o amigos y que difícilmente los vas a tener nunca frente a ti. Sufren y se queman políticamente a causa de los reveses que emanan desde Madrid. Allí en la capital son otros intereses los que están en juego, otras maneras de hacer las cosas, otros señores a quien contentar.

De los políticos y partidos que aquí hablo es de aquellos que en la campaña electoral vitorean al pueblo y lo aplauden. De aquellos que (traslados y agasajos incluidos), nos reciben con sonoros himnos en los campos de futbol y plazas de toros, para después bombardearnos con infumables oratorias. Nos dicen serán nuestros representantes, los auténticos valedores, defensores de los derechos de los que vamos a pie; pero que una vez ungidos, sentados en el sillón de los elegidos, se olvidan rápidamente de quienes son y de donde vienen. Ya no creen en ese más allá de los límites del Congreso.

Alcanzado este nivel del engranaje político, gracias a los votos de aquel pueblo oyente, muy pronto se les ve investidos de bancarios, financieros, telefónicos, aseguradoras, o con uniforme de multinacionales. No voy a detallar cuantos exdiputados, directores generales y ex ministros hay enchufados, la lista es interminable.

El pueblo queda para pagar rentas, IVA, e impuestos a todo meter. Además, ese pueblo llano tiene que sufragar mediante recortes de todo tipo, los platos rotos de una cocina económica que desconoce, que nunca ha comido de ella e ignora totalmente lo que allí se guisa.

Este reiterativo mal proceder, ha movilizado millones de descontentos ciudadanos, hartos de estas maneras de hacer política y dirigir tan mal la nación. Nuevas siglas con aires renovadores cubren el cielo español. Sean bienvenidas para sanear y moralizar un poco nuestra democracia. Falta hace.