Un día cualquiera - 1ª parte: Una mañana de objetos animados que repiten muchas veces la frase Guau Guau

Hoy me he levantado de mala castaña, quizás debido a los primeros síntomas que suelen aparecer 24 horas antes de nacer alguna fecha “rara”. Comienzo a torpedear el teclado el jueves 12 de julio. Con todo ello, voy a intentar describir lo que podría ser una jornada habitual en mi vida diaria reuniendo un conjunto de hechos, pequeños sucesos, casualidades y elementos que adornan la vida cotidiana de la especie urbana.

El inicio de la jornada, el pistoletazo de salida me lo da gratuitamente a las 6.30 de la mañana un versátil, fino, elegante en exceso vehículo tuneado que se detiene con el semáforo en rojo y me deleita con tropecientosmil decibelios fabricados por unos cuñados de los chunguitos o hardcore meloso y suave como la vaselina, la cual hace menos dolorosa la primera impresión del día; los acelerones terminan por acreditar al piloto como miembro de la fundación SOVIRQ TELCO (sordos virtuales que te tocan los cojones). El verde del semáforo supone la primera alegría de la jornada.

La bajada a por el periódico te une irreversiblemente a la visión y audición de otro animal ¿racional? que desde lo lejos ha visualizado el poste metálico adornado con un cierto color naranjas de la tierra, acelerón, caballos de potencia en estampida, ruido ensordecedor y tú, pegado a la pared como si estuvieses en un encierro de los Sanfermines viendo pasar a 6 Cebada Gago. Llegas al oasis de paz y tranquilidad que es la cafetería y el Express te relaja de las emociones malvividas. Subes a casa para compartir noticias, café con leche y magdalenas con tu mujer y comienza la excursión por un paraje escrito lleno de contradicciones, politiqueo, violencia de género; ¿de qué género?, masculino, femenino, mitad y mitad, comedia, drama, todo significan lo mismo; ¿Cuál ponemos?. Las esquelas (con todos mis respetos a los familiares de los fallecidos) me dan la impresión de que ellos ya no sufrirán este tipo de matinales. Sigo pasando páginas y no sé si estoy en la página de deportes o en la de economía (que debería pronunciarse y escribirse econosuya, porque yo no la huelo y sospecho que no soy el único). Fulano ha fichado por el Deportivo Talycual por 30 millones de euros (para los “peseteros” como yo, 5000 millones de pelas); el presupuesto para esta temporada será de 150 millones, Pepe (este es de verdad), bueno, pues Pepe cobrará cada temporada lo mismo que toda la familia Carajillo durante tres generaciones; y además trabajará en ropa interior para estar más cómodo. Un puntito más, la jornada laboral que tendrá Pepe es de “puta mare”. De la vida social ni comentario, vale, uno solo: la tonadillera no sabía que su fiel bigotito le había hecho un ingreso de un millón de euros en su cuenta bancaria; algún admirador fiel, pensaría la dulce isabelita; o quizás fuese un regalo de las casas fabricantes de cremas depilatorias por las enormes ganancias que han tenido gracias a la publicidad subliminal y gratuita que les ha hecho la reina de copas con ele.

El día se presenta con este aspecto: mi mujer se ha marchado al trabajo (con un horario muy distinto al de Pepe y no hablemos de emolumentos), yo, que sigo convaleciente de una intervención quirúrgica planifico las horas matinales para organizarme, ya que en pocos días volveré a mi actividad profesional y a mis otras confesionales. Cojo mi agenda para deslizarme entre sus páginas y ordenar el pequeño desbarajuste que ha supuesto para ella mis fechas de inactividad. En ello estamos cuando suena el “telefonillo”, lo asocio físicamente a mi oreja y la parte interior de ella hace que escuche : buenos días (la palabra día o días aparecerá mucho en este artículo, lo siento pero es la actriz principal): pertenecemos a un grupo de personas que transportamos la palabra de Dios a través de “telefonillos” como el suyo, y desearíamos explicarle las maneras de manifestarse en la gente del Creador, etc, etc , etc. Tengo un problema ya que está demostrado científicamente que estos especialistas en torres, atalayas y otras construcciones no sufren nunca jamás afonía crónica y para más INRI usan pilas alcalinas de larga duración. Me salva que en un par de segundos sin habla para respirar logro comunicarles de una sola tacada y solemnemente que: LOS ATEOS SON PARA MI COMO SANTA TERESITA DEL NIÑO JESUS Y ADEMAS SOY SOBRINO MUY CARNAL DE BELCEBU. He conseguido que huyan despavoridos y marquen con una cruz negra el timbre de mi casa. Pero el mal ya está hecho, he perdido mi orden mental, mi posición en este mundo y, para colmo, ha aumentado mi porcentaje corporal de mala hostia. Cierro agenda y al oasis para tomar otro cafetito que me devuelva a la realidad; si está acompañado de un cigarrillo (pecado según la sra. Salgado) mejor que mejor. Respecto al cigarrillo quisiera decir lo mismo que Anthony Blake: todo ha sido producto de vuestra imaginación y no lo hagáis en casa que fijaros lo que dice en el exterior de los paquetes. Nunca escribiré en positivo sobre el tabaco y me abstendré en lo negativo. No me gustaría ser el típico cínico que te aconseja que no fumes que es malo, pero dame un truja que no compro porque lo estoy dejando.

Con el café y el pitillo entre pecho y espalda, regreso a casa dispuesto a ordenar mis ideas y proyectos para mi reentrada a la vida laboral. Nada más cruzar el portal observo que el sr. Cartero ha dejado la correspondencia y que sobresale un sobre que guarda en su interior la información bancaria de la maldita hipoteca aderezada con una no muy fina capa de euribor y rellena de finos papelitos (esto creo que se llama metáfora o algo por el estilo y significa que los papelitos son billetes de euros en la modalidad que el lector prefiera, 5, 10, 20, 50, 100, 200 o los famosos y conocidos por su desconocimiento 500) que le solucionan la vida a unos y se la joden a otros. Me llegan a la zona de información del cerebro esas publicidades de bancos y cajas en las que te dicen que son tus amigos, que “somos” más de dos millones, que cuidamos el entorno, también que apoyamos a la juventud, e incluso que te hablamos. Bien, entre mis dos millones de amigos que se preocupan de la naturaleza, cuidan a la juventud y que te dejan hablar, ¿no hay ninguno, incluidos los jerifaltes de los bancos y cajas que me pague la maldita hipoteca? Pues no.

Mirada al reloj; las doce y media. Han pasado 25 minutos de mi vida en los que mis pensamientos han ido viajando a través de los rincones más profundos de un pendón de hipoteca que fallecerá en el 2020 si algún alma caritativa o una de 6 y el complementario de recochineo no lo soluciona. A tomar viento la mañana, me voy a tomar… una 0 0 fresquita.

Tercera visita al control de avituallamiento y como eres una persona educada, después del primer trago, le comentas que qué calor hace esta mañana a una persona que se encuentra a tu lado en la barra. La has cagado y por lo tanto tienes premio sorpresa; tómatelo con calma porque con la excusa del calor te contará su vida desde el parto, pasando por la primera comunión (no le dieron las suficientes hostias porque si no, no estaría ahora asesinándote sicológicamente), el primer desengaño amoroso, los niños y que el/la marido/esposa es un almendrón/ona y que lo ha mandado a freír espárragos/as; tú miras fijamente a la cara a esa especie de persona y rezas para que lo que tengas delante no sea un espejo. Con la excusa de que tienes que atender a los 284 heridos en un accidente de aviación, te despegas de la lapa y llegas a casa sudoroso e histérico dentro de un orden tomando posesión del sofá permaneciendo en una postura lo más relajada posible a la espera de que la llegada de tu mujer sea el bálsamo perfecto para suavizar la matinal que el cabrón del destino te ha ido deparando en dosis no mortales pero que joden un huevo. Si en un día cualquiera, cuando ella entra en casa, lo celebras con una bienvenida especial, un beso y un abrazo por ser tu 50 por cien, hoy le has tenido que hacer el boca a boca sin ningún sentido erótico porque del abrazo la has dejado semiinconsciente. Cuando le cuentas todo lo ocurrido lo comprende, te perdona y no te castiga de cara a la pared. La comida muy buena y los postres mejores.

DOCTOR CARAJILLO 12 DE JULIO, 15 HORAS 12 MINUTOS Y ALGUNOS SEGUNDOS. FIN DE UNA PESADILLA QUE HA DURADO 8 HORAS 42 MINUTOS Y ALGUNOS SEGUNDOS.