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Por Julio Terrén
Arte en la estética - RSS

Belleza a través de las edades: el antiguo Egipto

    La belleza, tal y como se define en el diccionario Merriam-Webster, está relacionado con "las cualidades que dan placer a los sentidos o exaltan la mente". Pero lo que puede exaltar mis sentidos, es decir, algo que según mi criterio sea hermoso, puede ser considerado feo para los demás. De ahí el constante debate que ha existido a lo largo de la historia acerca de lo que es y lo que no es bello.

    Este es el primero de una serie de artículos en los que trataré de explorar la "Belleza a través de las edades" en el que podremos comprobar cómo el concepto de belleza ha cambiado a lo largo de los años. La primera parada en nuestro viaje será el antiguo Egipto.

    Vello facial y corporal

    Los primeros egipcios consideraban la abundancia de pelo en ciertas áreas del cuerpo como un signo de impureza y suciedad. Los hombres, por ejemplo, rara vez llevaban barba. Lo tradicional era un fino bigote o una perilla. La mayoría, de hecho, prefería que sus rostros luciesen impolutos. Lo mismo ocurría con sus pechos y, en algunos casos, con sus piernas. Para asegurar una correcta depilación aplicaban cremas para ablandar la piel y luego utilizaban pinzas y otros objetos como herramientas afiladas para completar el trabajo.

    La gran mayoría de los hombres se afeitaba la cabeza, optando por usar pelucas, aunque está práctica solía responder a propósitos ceremoniales. Algunas pelucas estaban hechas al 100% con pelo humano, mientras que otras eran una combinación de pelo humano, crin, hojas de palma, paja, lana de oveja y/o fibras vegetales.

    La peluca de la mujer estaba destinada a mejorar su sexualidad, y era más compleja y más larga que la de sus homólogos masculinos. Los colores tradicionales eran el rubio, el verde y el dorado, aunque primaban las pelucas azules. Los peinados eran elaborados y requerían de muchos alfileres para poder mantener todo en su lugar; el pelo solía adornarse con joyas. Los nobles usaban sombreros hechos de minerales y de joyas, mientras que reyes y reinas casi siempre llevaban corona.

    Apariencia física

    Tanto los hombres como las mujeres se preocupaban por su apariencia física. Controlaban su peso cuidadosamente, con una alimentación basada en frutas y verduras. Las mujeres egipcias no eran excesivamente altas, con bustos redondos, cinturas diminutas y estómagos planos. Los hombres egipcios, en general, tampoco eran demasiado grandes. Eran relativamente delgados, y contaban con un aspecto algo “frágil”.

    Los egipcios se sentían cómodos con sus cuerpos y su sexualidad. Los hombres usaban con frecuencia faldas. Las mujeres llevaban ropa ajustada que marcaba el busto y fluía desde el pecho hasta sus pies. Las telas eran ligeras y aireadas; la mayoría de las prendas eran relativamente simples y elegantes. El lino y el algodón eran las telas más empleadas, y se mezclaban con pieles de animales y cuero.

    El calzado para hombres y mujeres era básicamente el mismo. Se componía de sandalias atadas alrededor de los tobillos con finas tiras de cuero. Como si se tratase de otra parte de su cuerpo, los egipcios frotaban aceites perfumados en su ropa.

    Uso de cosméticos

    Los egipcios son también conocidos por el uso que hacían de los cosméticos. Lo que mucha gente no se sabe, sin embargo, es que las razones para el uso de aceites, perfumes y maquillaje no eran estrictamente estéticas. Los aceites y las cremas se utilizaban con regularidad para mantener la piel suave y flexible y para evitar la aparición de arrugas y sequedad, problemas comunes causados por el sol del desierto. Estos cosméticos eran tan importantes para el modo de vida egipcio que los trabajadores, a menudo, los aceptaban en lugar de o como parte de su salario.

    Los egipcios utilizaron muchas mezclas diferentes para mejorar su aspecto. A menudo usaban excrementos de cocodrilo en baños de barro para tonificar la piel. La leche y la miel también se utilizaban con regularidad porque se tenía la creencia de que ayudaban a conseguir una piel suave y sedosa. Las máscaras faciales -hechas de huevos de hormigas- se empleaban para desatascar los poros.

    Los bálsamos eran utilizados a menudo como un remedio para reducir las cicatrices y las estrías, así como para suavizar las líneas faciales y las arrugas. Se aplicaban en la piel aceites hechos de aceitunas, sésamo y almendras junto con fragancias perfumadas como el incienso, la mirra, el tomillo, la mejorana, el romero, la manzanilla, la hierbabuena, el cedro…

    Maquillaje

    Tanto los hombres como las mujeres de alto rango llevaban maquillaje. Los egipcios son, por supuesto, conocidos por el maquillaje de ojos, que se aplicaba desde la ceja hasta la base de la nariz. Lo que muchos no saben, sin embargo, es que el maquillaje del ojo también cumplía un propósito práctico: los ingredientes del maquillaje tenían cualidades antibacterianas y ayudaban a disuadir a las moscas y demás insectos. Además, los colores se aplicaban para servir como una protección contra el sol de Egipto.

    Los colores más populares eran el verde, el negro y el azul índigo. Los negros estaban hechos de kohl, compuesto principalmente por un sulfuro de plomo llamado galena, que se potenciaba aún más usando hollín. Los verdes se hacían de piedras preciosas como la malaquita, mientras que los azules se elaboraban a partir de una piedra preciosa llamada lapislázuli.

    Con este recorrido podemos comprobar cómo, a pesar de su antigüedad, la cultura egipcia antigua contribuyó mucho a nuestro concepto moderno de belleza.

     

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