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El PSPV recuerda que 'es el Gobierno de Rajoy el que tiene las competencias para legalizar y salvar las casas de primera línea de playa'

    El primer teniente de alcalde de Nules, Adrián Sorribes, celebra y agradece que en la jornada de hoy se haya aprobado una Proposición No de Ley (PNL) en Les Corts Valencianes de apoyo a las casas de la primera línea de playa, en la que se insta al Gobierno de España a que inicie el proceso de legalización.

    Sin embargo, Sorribes se ve en obligación de recordar al Partido Popular que “no basta con apoyar un PNL en Les Cortes Valencianes, porque lo que tiene que hacer es presionar ante el Gobierno de España, que es el competente en la materia, para que se actúe de inmediato y dé una solución a las muchas familias de Nules que llevan demasiado tiempo pasándolo muy mal por este problema”.

    Por ello, insta a Miguel Barrachina y a Isabel Bonig a que, “si verdaderamente quieren ayudar, se dirijan al Gobierno de Rajoy para que se inicien inmediatamente las acciones necesarias para salvar estas casas.”

    Sorribes recuerda que en el caso Miguel Barrachina, “la obligación es doble, porque además de no hacer las gestiones oportunas dentro de su partido, observamos con preocupación que como diputado tiene una preocupante y natural tendencia hacia la dejación de funciones, que le ha llevado a no hacer nada para intentar salvar las casas de la playa”.

    El que sí hace es el diputado socialista por Castellón, Artemi Rallo, que el pasado 28 de febrero registró en el Congreso una pregunta al Gobierno para saber si tiene intención de declarar como Bien de Interés Público las 240 casas que se encuentran en primera línea de playa de Nules, que se ven afectadas de lleno por la Ley de Costas por encontrarse en la zona de dominio público marítimo terrestre.

    Una iniciativa que surgió después del encuentro que mantuvieron el propio Adrián Sorribes y el diputado socialista por Castellón.

    En el transcurso de la reunión, Sorribes explicó a Rallo que este problema tiene seriamente preocupados a los vecinos de la localidad, en especial a quienes viven en la playa, ya que estas casas forman parte de “un barrio histórico”, que perdería sus señas de identidad si finalmente fueran derruidas.

    Y es que se trata de unas edificaciones muy características que, en algunos casos, datan de 1922.

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