860 pacientes y un 80% de éxito en rehabilitación es el balance de cuatro años de la Unidad de Baja Visión

La Unidad de Baja Visión de la Fundación Oftalmológica del Mediterráneo (FOM) cumple hoy su cuarto aniversario. Desde su inauguración en 2006, 860 pacientes han sido atendidos en sus instalaciones, lográndose un 80% de éxito en rehabilitaciones.

Ello ha sido posible gracias a la creación de un equipo multidisciplinar, conformado por un oftalmólogo especializado en baja visión, dos optometristas y tres técnicos de rehabilitación. De hecho, la Unidad de Baja Visión de la FOM es la única de la provincia de Valencia que incluye un oftalmólogo entre sus profesionales.

“Disponer de una unidad completa supone una gran ventaja respecto al resto de unidades de baja visión, ya que al contar con un oftalmólogo especializado podemos realizar el seguimiento y tratamiento de las patologías que han remitido al paciente a esta unidad, además de ofrecer ayudas ópticas y no ópticas”, afirma el Dr. Jesús Morales, responsable de la Unidad de Baja Visión de la FOM.

Por patologías, el 55% de los pacientes que han acudido a esta Unidad presentaban degeneración macular asociada a la edad; el 15’5%, retinopatía Diabética; y un 11%, miopía magna.

“Sólo cabe realizar un balance positivo. El problema es que la gente aún conoce en pequeña medida la existencia de una Unidad de Baja Visión en la FOM y que, además, está financiada por la sanidad pública. Existe desconocimiento por parte de la gente, pero también de los propios médicos”, señala el Dr. Morales.

En estos cuatro años, la Unidad de Baja Visión ha atendido, aproximadamente, a unos 20 pacientes por mes. La edad media de los pacientes es de 69 años. Las mujeres representan el 57% y los hombres el 43%.

El 16 de noviembre de 2006 se inauguró esta unidad para dar respuesta a aquellos pacientes que tenían una grave deficiencia visual. Un paciente con baja visión es aquella persona que no padece ceguera legal (ver menos de 0’100), pero que sólo tiene entre un 10% y un 30% de la visión de una persona sin problemas oculares.

Desde la Unidad de Baja Visión de la FOM, se trabaja porque estas personas puedan integrarse en su vida cotidiana y volver a realizar tareas como cocinar, leer, coser, utilizar un ordenador, jugar a las cartas o lograr mayor independencia en sus desplazamientos y en su aseo personal.

En la FOM, estos pacientes se rehabilitan por medio de ayudas ópticas y no ópticas, de manera que la visión que poseen les sea útil en su vida cotidiana. Para ello, los especialistas utilizan mecanismos de mejora de visión como microscopios, telescopios, adaptaciones con gafas especiales, telemicroscopios, lupas, etc.

Estas ayudas ópticas especiales se utilizan para la ampliación del campo visual. Actualmente, la Unidad de Baja Visión de la FOM está investigando con nuevas ayudas ópticas (entre las que se encuentran los implantes de lentes oculares telescópicas) y no ópticas, como el desarrollo de software para personas con deficiencia visual.