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Maritina Hernández exige al Gobierno que trabaje para que la agricultura no sea moneda de cambio en las negociaciones entre la UE y Mercosur

  • Un posible acuerdo perjudicaría especialmente a sectores agrarios clave como el citrícola, el arrocero, los vinos o la ganadería

  • El Consell exige igualdad de condiciones para competir en los mercados y un control más efectivo de fronteras

La consellera de Agricultura, Pesca y Alimentación, Maritina Hernández, ha exigido a Zapatero “que trabaje para que la agricultura no sea moneda de cambio en las negociaciones entre la Unión Europea y Mercosur”.

En este sentido, ha reclamado al Gobierno que sea sensible a las necesidades de nuestros agricultores y ganaderos y a la situación del sector y defienda, como sí hacen otros socios comunitarios, los intereses de un sector que está manteniendo el pulso en el actual contexto de crisis y liderando nuestra balanza comercial.

Maritina Hernández ha señalado que un acuerdo de libre comercio con este conjunto de países latinoamericanos permitiría la entrada de productos que podrían provocar un desplazamiento en los mercados de nuestra oferta, especialmente de frutas frescas. En este caso, los cítricos serían una de las producciones más afectadas. También se verían perjudicados otros cultivos como el arroz, o sectores como el vitivinícola, el oleícola, o la ganadería, especialmente la avicultura, el porcino o el vacuno.

La consellera ha señalado como una de las premisas básicas para el acuerdo es la reciprocidad en la utilización de medios de producción, es decir, armonizar las normativas en cuanto a uso de productos fitosanitarios, periodos de aplicación y límites máximos de residuos, así como los aspectos relacionados con el bienestar y el impacto ambiental derivado de la actividad agraria.

Asimismo, Maritina Hernández ha instado al Ejecutivo a que defienda ante las instancias comunitarias la delimitación de un determinado número de puntos de entrada de productos a la Unión Europea para realizar controles más efectivos que eviten que las plagas y enfermedades que pueden afectar a los cultivos procedentes de estos países se extiendan en el espacio comunitario y, especialmente, afecten a la agricultura mediterránea y a nuestra cabaña ganadera.

“En definitiva, se debe garantizar que la agricultura mediterránea y nuestros productores puedan competir en igualdad de oportunidades, con las mismas armas, y proteger los cultivos de posibles amenazas”, ha señalado la Consellera.

“De no ser así –ha añadido- los agricultores y ganaderos pertenecientes a países del entorno Mercosur podrían competir con precios más bajos y provocar una caída de la competitividad en la agricultura, así como una situación de competencia desleal. Por ello, no vamos a permitir que una vez más el gobierno someta al sector a sacrificios para obtener beneficios en otros ámbitos”, ha señalado.

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