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El IBV pone en marcha un servicio de valoración de accidentados de tráfico para analizar las repercusiones de los siniestros

El IBV pone en marcha un servicio de valoración de accidentados de tráfico para analizar las repercusiones de los siniestros
  • El dolor de cuello y los mareos tras un accidente de tráfico ya no constituyen un problema de valoración para los especialistas médicos

  • Las indemnizaciones por daño corporal en un accidente de tráfico tienen un coste medio de 4.500 euros

  • El Instituto cuenta con el apoyo de la Conselleria de Industria, Comercio e Innovación

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El IBV pone en marcha un servicio de valoración de accidentados de tráfico para analizar las repercusiones de los siniestros - (foto 2)
El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) ha puesto a punto el Servicio de Valoración Biomecánica de Accidentados de Tráfico. Este servicio tiene por objeto la realización de pruebas biomecánicas que valoren de forma objetiva las repercusiones funcionales sobre el sistema músculo-esquelético (de la columna cervical) de los accidentes de tráfico.

Estas técnicas se han diseñado en colaboración con diversos equipos médicos y están a disposición de mutuas y aseguradoras. De este modo se podrán evaluar con criterios científicos la gravedad de las lesiones músculo-esqueléticas relacionadas con el síndrome del latigazo cervical o los mareos derivados de una lesión.

Más del 50% de las lesiones que se reclaman a las compañías aseguradoras tienen como diagnóstico principal el esguince cervical. Las técnicas de radiodiagnóstico actuales (radiografía, tac o resonancia magnética) no permiten obtener hallazgos en gran parte de los esguinces cervicales.

La aplicación de las técnicas biomecánicas del IBV aportará una nueva solución a las grandes dificultades que tienen los médicos para valorar este tipo de esguince cervical. Además algunos pacientes tienden a exagerar o simular el cuadro doloroso o la limitación funcional ante la posibilidad de obtener una ganancia secundaria.

Concretamente, las aplicaciones tecnológicas diseñadas por el IBV permiten objetivar los síntomas subjetivos como el dolor cervical o la sensación de inestabilidad, que se dan con frecuencia tras el esguince cervical por accidente de tráfico.

Estas aplicaciones registran variables cuantitativas difícilmente manipulables, las analizan y las comparan con patrones de movimiento de personas sanas, lesionadas o incluso que estuvieran magnificando los síntomas de una lesión.

El resultado que se obtiene de este análisis permite establecer cuál es la repercusión funcional de una lesión por accidente de tráfico y en qué grado le afecta. Estos datos facilitarán a los organismos evaluadores y las aseguradoras cómo determinar la cuantía de la indemnización que recibirá el paciente y establecer las pautas rehabilitación.

Este aspecto es muy relevante ya que sirve para ajustar adecuadamente el tiempo de baja que debe estar un paciente pero también para cuantificar la indemnización que recibirá por sus secuelas. En la actualidad, se estima que las lesiones músculo-esqueléticas derivadas de un accidente de tráfico suponen un coste medio de 4.500 euros (sin incluir los gastos de asistencia sanitaria, ni el coste indemnizatorio de los pacientes con incapacidad permanente).

Según se afirma desde el IBV, el coste económico que conllevan lesiones con síntomas tan subjetivos como el dolor cervical o los mareos hace recomendable que se tengan en cuenta las técnicas biomecánicas del IBV para esclarecer el grado de enfermedad que sufre el paciente.

Concretamente, el Instituto Nacional de la Seguridad Social y los Equipos de Valoración de Incapacidades ya las han reconocido como pruebas médicas complementarias de utilidad para objetivar el dolor cervical y la sensación de inestabilidad a los sistemas NedCervical/IBV y NedSVE/IBV, entre otras pruebas de valoración biomecánica.

Estas herramientas no sólo son viables para valorar la lesión sino que también se utilizan cada vez más en el control evolutivo de un paciente. Su uso en la valoración de secuelas tras el accidente y su utilidad están teniendo un impacto económico cada vez mayor, debido a que favorecen la correcta asignación de recursos económicos y sanitarios.

Las técnicas biomecánicas del IBV permiten también reducir las discrepancias entre el médico de la compañía de seguros, el médico forense y el facultativo al que acude el paciente cuando un juez tiene que baremar el grado de lesión sufrida en un accidente. La puntuación de este baremo oscila según la gravedad, por lo que es esencial que se pueda eliminar la subjetividad de estas cuestiones.

El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) pertenece a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT) y está impulsado por la Conselleria de Industria, Comercio e Innovación.

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