Agricultura establece las bases para la producción integrada del níspero en la Comunitat Valenciana
Con el objetivo favorecer sistemas de cultivo más respetuoso con el medio ambiente
Esta técnica de cultivo se desarrolla en nuestra Comunitat en los cítricos, la vid, el olivar y el arroz y próximamente también en el tomate, el pimiento y la coliflor.
Unas bases en las que se recogen todas aquellas obligaciones, recomendaciones y prohibiciones a tener en cuenta a la hora de la preparación del terreno para la plantación, el riego, la fertilización, la poda, y la recolección, entre otros procesos del cultivo del níspero bajo esta forma de producción.
Cabe destacar que la producción integrada es una técnica de cultivo que aprovecha al máximo los recursos y mecanismos de producción naturales y que racionaliza el uso de productos químicos, lo que repercute en un impacto positivo sobre el medio ambiente, asegurando a largo plazo una agricultura sostenible y la protección de los recursos naturales, obteniendo, además, producciones agrícolas de alta calidad.
En estos momentos, este tipo de cultivo se desarrolla en nuestra Comunitat en productos como los cítricos, la vid, el olivar y el arroz. Además, se aplicará próximamente en el tomate, el pimiento y la coliflor.
Normas para la producción integrada del níspero
Entre las normas establecidas por la Conselleria de Agricultura para la producción integrada del níspero cabe destacar la prohibición de realizar una desinfección química del suelo, así como la obligatoriedad de que el patrón empleado y las variedades escogidas se adapten a las características del suelo y clima de la zona. Además, se establece que tanto el material vegetal de plantación como las varetas de injerto deben proceder de un proveedor autorizado.
Con respecto a las normas relativas al riego se establece de forma clara que el agua debe utilizarse con criterios de ahorro y eficiencia. Así, en el riego por goteo, el número de emisores por árbol, el volumen de agua aportado y la frecuencia de la irrigación deberá estar en función de la textura del terreno y el tamaño del árbol para evitar problemas de saturación de humedad o pérdidas de agua en profundidad.
En cuanto a las labores de fertilización, la norma establece que el programa de abonado de este tipo de cultivo deberá efectuarse en función de las características de la plantación y de los niveles de elementos nutritivos contenidos en el suelo y en el agua de riego, por lo que se destaca la obligatoriedad de realizar al menos un análisis foliar cada tres años y otro de suelo cada cinco.
Por otro lado, en el control de plagas y enfermedades la norma estipula que se antepondrán los métodos biológicos, biotécnicos, culturales, físicos y genéticos a los métodos químicos y que esta última opción sólo se utilizará en aquellos casos en que sea la única alternativa para el control del problema fitosanitario.
Asimismo, queda fijada la obligatoriedad de adoptar medidas de conservación del suelo, que eviten o minimicen su erosión, por lo que se prohíbe también la utilización repetitiva de aperos que destruyan la estructura del suelo y propicien la formación de una suela de labor.
Por último, durante el proceso de recolección se establece la obligación de efectuar análisis por muestreo, para analizar la posible presencia de residuos de productos fitosanitarios, así como la prohibición de realizar ningún tipo de tratamiento de post-recolección a los frutos. Además, los agricultores que se incorporen a la producción integrada de este cultivo deberán proveerse del libro de explotación aprobado por la Conselleria de Agricultura, en el que deberán anotar todas las labores e incidencias del cultivo.
