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Compromis afirma que Alberto Fabra hizo cosas peores el presidente murciano hoy en el ojo del huracán

    La Fiscalía General del Estado está estos días en el punto de mira mediático por el presunto trato al presidente murciano, Pedro Antonio Sánchez, y al expresidente de la Rioja, llegando incluso el Ministro de Justicia a poner en entredicho la imparcialidad del Ministerio Público.

    A Pedro Antonio Sánchez se le acusa de haber intentado usar dinero público para contratar a empresas implicadas en la Púnica, para mejorar su reputación, una especie de lo que se viene a llamar hoy en día "coach". La gravedad del caso no es que las empresas estuvieran envueltas en asuntos turbios, sino que Sánchez intentara cargar al erario público estos gastos, unos gastos para mejorar su reputación, y que no existe justificación alguna para que esos conceptos no los abonara el interesado de su dinero e intentar colarlo a la caja pública. Se trataría, como mínimo, en un caso de manual de malversación de fondos públicos, fraude y cohecho.

    La supuesta injerencia de la Fiscalía para archivar el caso, en la base de no haberse materializado estos contratos, ha dado un balón de oxígeno al presidente murciano, pero han causado un terremoto mediático.

    No hace tanto, unos pocos kilómetros más al norte, "hubo quien sí materializó un contrato semejante, con un " personal coach", a cargo del dinero público de todos los valencianos: el entonces presidente de la Generalitat y hoy senador, Alberto Fabra, allá por el 2013".

    El contrato de unos 20.000 euros, sí se subscribió, a pesar la presión hizo que se rescindiera al poco tiempo; aquí se llegó a materializar, y se cargó a las arcas públicas un curso de 'Formación política y liderazgo', personal, y que se vendía como un "sistema de transformación que te dará el control definitivo de ti mismo, convirtiendo tu vida en una apasionante experiencia, llena de vitalidad, relaciones extraordinarias y progreso".

    "Eso fue infinitamente más grave de lo que hoy se le imputa a Sánchez; que no deja de ser grave igualmente, pero demuestra la sinvergonzonería que ha imperado en el PP valenciano; ¿por qué los valencianos teníamos que pagar para que un personaje gris y sin carisma que llegó al poder sin pasar por una elecciones, adquiriera dotes y formación, para perpetuarse en ese poder?. Este no tuvo la vergüenza de intentar camuflarlo como Sánchez, si que era capaz de cargar a la caja de la Generalitat gastos personales como licores, chorizos cantimpalos, patatas fritas o todo tipo de delicatessen, ¿cómo no iba a cargar esto?".

    "Fabra abrió entonces una cacería contra el supuesto "topo" del Palau que estaría filtrando estos datos, pero no pidió disculpas ni devolvió el dinero. La putrefacción del PP valenciano por toda conocida, era tan escandalosa, que casos como el del coach de Fabra, pasó como uno más y no llegó a los tribunales como sí ha llegado el caso del presidente murciano, que con menos que Fabra, es hoy noticia. Aquí, el despropósito era tal, que esto parecía un caso menor, uno más".

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