CSI·F pide a Tráfico que solucione los "problemas informáticos, de plantilla y de coordinación en la Comunitat Valenciana"
El sindicato CSI·F pide a la Dirección General de Tráfico (DGT) que solucione algunos de los principales problemas que están deteriorando el servicio en la Comunitat Valenciana. Por una parte, la sucesión de fallos informáticos está provocando protestas y retrasos en la corrección de exámenes. A esta circunstancia se suma las dos vacantes de examinador sin cubrir en Alzira o el retraso hoy de 45 minutos en abrir en la sede de la Jefatura Provincial de Alicante.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI·F) urge a Tráfico a empezar 2017 solventando diversos problemas que están lastrando el final de 2016. Uno de los principales consiste en la repetición de los fallos informáticos, que provocan continuas caídas del sistema prácticamente semanales. Entre sus consecuencias destaca el retraso en los exámenes teóricos.
CSI·F señala que el Centro de Exámenes de Tráfico de El Saler, en Valencia, puede tramitar más de 500 pruebas cada jornada con hasta siete sesiones diarias. Si se cae el sistema informático, los exámenes, en lugar de en ordenador, se hacen en papel, y la información sobre el resultado ya no la recibe el usuario ese mismo día, sino que se retrasa hasta el siguiente. Además, estas caídas del sistema causan retrasos en la tramitación de documentos en las jefaturas provinciales, que alargan las colas y la espera.
La central sindical explica que el retraso ha afectado hoy a Alicante, donde los empleados públicos no han podido entrar en la sede de la Jefatura Provincial hasta las 8,15 a pesar de que muchos esperaban desde las 7,15. El motivo ha consistido en la falta de coordinación entre el equipo directivo, que ha provocado que no estuviera el local abierto a la hora que le corresponde.
El sindicato urge igualmente a la Dirección General de Tráfico a cubrir dos vacantes de examinador en la Oficina Local de Alzira. La escasez de plantilla genera que profesionales de Valencia hayan de desplazarse en numerosas ocasiones a la capital de la Ribera Alta para reforzar a los examinadores de la zona y atender la demanda de pruebas. En estas dependencias, y a nivel general, la plantilla ha menguado de 39 a 26 empleados en cinco años.
