Ximo Puig insiste: “El tiempo de las falsas ofrendas se ha acabado”
El discurso del president de la Generalitat, Ximo Puig, ha estado tan cargado de simbolismo como el propio 9 d’Octubre. Recuerdo a los desempleados, a los refugiados, a las víctimas del accidente del metro y reivindicación constante ante Madrid. Leído íntegramente en valenciano, con alguna improvisación, ha insistido en su promesa de investidura: “Esto no es un determinismo histórico que condene siempre a los valencianos. No queremos ser más que ninguno pero no aceptamos que se nos trate como si no fuéramos nadie. El tiempo de las falsas ofrendas se ha acabado”.
Ante un abarrotado Salón de Cortes del Palau de la Generalitat, con los ex presidentes Joan Lerma, Eduardo Zaplana y Alberto Fabra como testigos y sin Paco Camps ni José Luis Olivas –ausentes-, Puig se ha comprometido a aportar “sangre fría, coraje y toda la inteligencia” para exigir un nuevo modelo de financiación, gobierne quien gobierne en Madrid después del 20 de diciembre. “Los derechos de los valencianos en Educación, Sanidad y Dependencia no tienen la calidad que deberían”.
Para sellar una victoria en materia de financiación que se traduciría en victoria política, el president Puig ha pedido la ayuda de todos: “La autonomía valenciana tiene futuro si somos capaces de superar nuestras disputas internas. Unidos lo podremos lograr todo. Separados, no seremos nada”.
En una clara alusión a la herencia recibida tras los 20 años de gobierno autonómico popular, el socialista Ximo Puig ha recordado: “No todos somos responsables de la situación en la que nos encontramos” pero consciente de que la ciudadanía le reclama soluciones ha apelado de nuevo al esfuerzo colectivo: “De buscar una salida a esta situación sí somos todos responsables”.
Puig ha admitido las limitaciones de su gobierno ante un problema financiero de envergadura: “Superar el embozo económico y social necesita el esfuerzo, el trabajo y la complicidad de toda la sociedad valenciana”.
Precisamente con la sociedad ha mantenido guiños en el arranque de su primer discurso al frente del Consell. Guiños a los 558.400 parados. Guiños a los 1.737.000 valencianos en riesgo de pobreza. Guiños a toda una sociedad que, según ha denunciado, vive con una renta per cápita un 88% por debajo de la media española.
Guiños a las víctimas del accidente del metro de la estación de Jesús en Valencia, representados en el Palau por su presidenta, Beatriz Garrote, Alta Distinción de la Generalitat.
Y guiños a los refugiados de Siria. “No podemos olvidar que antes fuimos nosotros los refugiados, fuimos nosotros los que tuvimos que abandonar nuestra tierra”. Ante ellos se ha comprometido a “ser tierra de acogida”. Puig ha enviado un mensaje al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que ha reclamado determinación porque “nadie puede prohibir la solidaridad. Nadie es una isla. Cada hombre tiene un trozo de continente, una parte de tierra”.
El discurso ha concluido con la interpretación del himno valenciano, sin letra, y del himno español.
Los populares Isabel Bonig, Alejandro Font de Mora, Carlos Moragues y María José Catalá han salido del Palau a toda prisa para participar en el Te Deum organizado por el arzobispo, Antonio Cañizares. Las senyeras de Lo Rat Penat, Els Amics de la RACV y el Altar de Sant Vicent del Mercat han presidido una abarrotada Catedral. Como se recordará, por primera vez desde 1991, la Senyera no ha entrado en la Catedral en el transcurso de la procesión cívica.
