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La Filmoteca programa el cine comprometido de Robert Rossen

  • El ciclo incluye toda su corta pero intensa filmografía como director y una significativa selección de sus filmes como guionista

  • Ofrece además el complemento de una serie de títulos vinculados con su obra

La Filmoteca presenta, del 21 de febrero al 30  de junio, y en colaboración con Donostia Kultura y el Centro Galego de Artes da Imaxe, un amplio ciclo dedicado al cineasta norteamericano Robert Rossen, que incluye toda su corta pero intensa filmografía como director, una significativa selección de filmes en los que participa exclusivamente como guionista y una serie de títulos pertenecientes al periodo en el  que desarrolla su carrera y/o se vinculan, de alguna forma, con su obra.

El cineasta de “Cuerpo y alma”,“El político” o “El buscavidas” recorre un trayecto que va desde el clasicismo a la modernidad, y en ese itinerario profesional se significa  como un director comprometido ideológicamente y participa de ciertos acontecimientos como la caza de brujas.

Se han elegido un puñado de títulos que, al ponerse con una función contextualizadora en relación con el cine de Rossen, amplifican el sentido de una obra cinematográfica que esta ligada de manera inequívoca a los avatares de su época. Así, por ejemplo, “Force of Evil”, del blacklisted  Abraham Polonsky,  forma con “Cuerpo y Alma”(del cual, a la sazón, guionista e ideólogo) un simbólico díptico de cine negro, producido por la compañía izquierdista e independiente Enterprise, sobre la corrupta podredumbre que anida en el interior del sistema; o “A Lion is in the Streets”, en el que Raoul Walsh retoma, aunque sin tanta carga crítica, el universo de “El político”, cuyo  protagonista, al igual que el populista Willie Stark de Rossen, parece estar inspirado en la trayectoria de Huey P. Long, un personaje real que llegó a ser gobernador de Lousiana. Tales son las semejanzas entre ambos filmes que podrían formar un perfecto dueto sobre la corrupción y el populismo políticos.

Otros dos filmes, “La sal de la tierra” (título mítico de militante compromiso social del que es responsable otra víctima del mccarthysmo, Herbert Biberman) y “El último hurra”, dialogan con El político” en tanto que comparten una temática política, como lo hace también su reciente remake, “Todos los hombres del rey”. Las irradiaciones de “El buscavidas”, en la medida que prefigura la eclosión de la modernidad en el cine americano y la aparición del New Hollywood, se hacen evidentes en Bonnie y Clyde, uno de los filmes fundacionales de esta tendencia y más representativos del nuevo estado de cosas del Hollywood de los 60. De ese mismo periodo es “El valle del fugitivo”, un neowestern, de nuevo, del comprometido y crítico Polonsky. Finalmente, completa esta selección “El color del dinero”, la singular secuela de “El buscavidas” que dirigió Scorsese en los años 80.

  

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