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La Policía Nacional desarticula una organización especializada en robos en viviendas y establecimientos comerciales

  • Utilizaban inhibidores de frecuencia para inutilizar alarmas y equipos de ultrasonido para ahuyentar a los perros de vigilancia

  • Un dispositivo de 30 agentes permitió detener simultáneamente a los dieciséis miembros de este grupo asentados en Madrid

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización especializada en robos con fuerza en viviendas y establecimientos comerciales. Hay 25 detenidos, todos ellos de nacionalidad rumana. Contaban con una estructura de tipo militar, con una férrea disciplina y un alto grado de especialización, y actuaban en grupos o “baterías” repartidos por todo el territorio nacional. Empleaban inhibidores de frecuencia para inutilizar las alarmas, equipos de ultrasonido para ahuyentar a los perros de vigilancia y todo tipo de herramientas para acceder a los lugares donde actuaban.

Organización dividida en tres ramas

Las investigaciones se iniciaron en la Comunidad Valenciana, sobre un grupo organizado, compuesto por ciudadanos rumanos, con la infraestructura y los medios necesarios para realizar este tipo de robos. Inicialmente, los agentes descubrieron que la organización se encontraba dividida en tres ramas, asentadas en las Comunidades de Madrid, Valencia e Islas Baleares. Comprobaron además que contaban  con una gran movilidad hacia otras zonas del territorio nacional, siendo habitual que en caso de necesidad unos grupos proporcionasen apoyo logístico y humano a otro.

Dieciséis detenidos en Madrid durante la primera fase

La primera fase de la operación se desarrolló sobre la parte de la organización asentada en Madrid, especializada en los robos en establecimientos comerciales, perfumerías y tiendas de ropa. La zona de actuación de este subgrupo abarcaba desde Madrid y Toledo hacia el norte y este de España (Bilbao, Santander, Logroño, Asturias, Zamora y Cáceres).

Los agentes identificaron a todos los componentes de esta "rama" y localizaron los domicilios y lugares donde guardaban los efectos sustraídos, junto con las herramientas utilizadas en los robos. Con toda esta información se estableció un dispositivo policial que permitió la detención simultánea de todos sus integrantes. El operativo estuvo compuesto por treinta policías que llevaron a cabo la detención de dieciséis individuos y los registros de seis domicilios.

Además de los registros efectuados en España, y gracias a los mecanismos de cooperación policial internacional, se llevaron a cabo varios registros en Rumanía, interviniéndose en ambos países gran cantidad de perfumes, ropa de conocidas marcas, productos de estética y otros objetos valorados en más de 80.000 €.

Segunda fase en la Comunidad Valenciana

La parte de este grupo, asentada en Valencia y Alicante, estaba especializada en los robos en domicilios, concretamente en chalés de zonas residenciales de lujo. La información sobre estas viviendas la obtenían de personas que habían trabajado en reformas o que trabajaban en el servicio doméstico de estas casas. De este modo conocían la ubicación de las cajas fuertes y los lugares en los que se guardaban las joyas y el dinero.

Con todos los datos en su poder, esperaban el momento oportuno para acceder a la misma inutilizando los sistemas de seguridad mediante el uso de inhibidores. Portaban incluso un dispositivo electrónico que, mediante la emisión de ultrasonidos, lograba aturdir y ahuyentar a los perros que se encontraban en las viviendas evitando así que alarmasen con sus ladridos o ser atacados por ellos. Posteriormente, ejecutaban el robo en el menor tiempo posible, para lo que contaban con la ayuda de un miembro de la organización experto en la apertura de cajas fuertes

Los agentes detectaron que tras uno de los robos el jefe de este grupo se trasladó a Madrid con la intención de abandonar España con destino a Rumanía, por lo que, se procedió a su detención antes de embarcar en el avión. En su poder se encontraron 23.800 euros en efectivo.

Seguidamente se detuvo a otros tres miembros de la organización en las localidades de Denia (Alicante) y Oliva (Valencia). Durante los tres registros efectuados se intervinieron un inhibidor de frecuencia, un ahuyentador de perros por ultrasonidos, un extractor de bombines para abrir puertas, armas blancas, diversos útiles y herramientas, y llaves modificadas para facilitar la apertura de las puertas de seguridad. También fueron intervenidos 1.500 euros,  varias monedas de  plata de 1870, joyas y divisas extranjeras, procedentes de los robos. Entre los efectos se hallaba un brazalete con veinticinco brillantes que ya ha sido reconocido por su propietaria.

Cinco detenidos en Islas Baleares

Las investigaciones realizadas tras las detenciones de las dos primeras fases permitieron desarticular la parte de esta organización que operaba en las Islas Baleares. De composición y actividades similares al grupo desarticulado en la Comunidad Valenciana, buscaban viviendas de extranjeros que se encontrasen deshabitadas. Además de evitar ser sorprendidos, conseguían que los robos no fueran denunciados de forma inmediata, ganando tiempo hasta el regreso de sus propietarios. De este modo disponían de más tiempo para vender los objetos sustraídos identificables (aparatos electrónicos, entre otros). Además, centraban sus actividades en las zonas de monte, donde se desplazaban por carreteras secundarias o caminos forestales. Durante el dispositivo policial desarrollado se detuvo a los cinco integrantes de este grupo y se realizaron tres registros domiciliarios. Al igual que en las dos primeras fases, se han recuperado gran cantidad de relojes, joyas, perfumes y complementos de primeras firmas, cámaras fotográficas y de vídeo, DVD’s, ordenadores, etc. 

Dada la gran cantidad de efectos recuperados en los registros efectuados en España y Rumanía, la investigación continúa para determinar la procedencia de los mismos y averiguar si proceden de otros robos investigados o que aún no han sido denunciados por sus propietarios.

Modus operandi

Disponían de un servicio de información previa sobre los objetivos a robar, así como las medidas de seguridad con las que contaban (cámaras, alarmas, rejas, etc.), y de planificación de las vías de escape.  Una vez obtenidos todos los datos, actuaban los miembros de la organización encargados de acceder al interior de los locales o domicilios. Estos inutilizaban las medidas de seguridad mediante el uso de inhibidores de frecuencia, extractores de bombines, cizallas, etc. Al mismo tiempo, existía un cordón de seguridad, cuya misión era vigilar y controlar la zona durante el robo para detectar la llegada de la Policía, siendo, además, los encargados de bloquear los accesos al lugar y de facilitar la huída.

Una vez sustraída, la mercancía era transportada en un vehículo industrial, precedido por un turismo que realizaba las funciones de lanzadera para detectar la presencia policial. El material se guardaba posteriormente en un piso de seguridad donde se vendía a receptadores. También enviaban parte de esos objetos a su país de origen Rumanía mediante paquetes.

En muchas ocasiones, esta organización actuaba "a demanda", realizando robos de determinadas mercancías previo encargo y pagadas con antelación.

La operación ha sido realizada por el Grupo de Respuesta Especial al Crimen Organizado (GRECO) de Levante, que ha contado con la colaboración, en las diferentes ramas, de agentes de la UDEV Central, de la Comisaría de Denia, del Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Barajas y del GRECO de Baleares.

 

 

 

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