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Pañella: "Guardar en un cajón las cartillas en valenciano no es cumplir la Llei d’Ús"

  • El diputado de Compromís dice que "me pregunto cuál sería la reacción de algunas personas y grupos si la situación fuera la contraria, y el marginado fuera el castellano"

El diputado por Castelló de Compromís, Josep Maria Pañella, ha declarado que "la respuesta que me da el conseller de Sanidad sobre el uso del valenciano en las cartillas sanitarias que se dan a los padres de los recién nacidos es una muestra muy clara de cuál es la escasa consideración hacia nuestra lengua que se mantiene en ese departamento".

El diputado de Compromís ha dicho que "a mi pregunta sobre la lengua de estas tarjetas sanitarias, el consejero me responde, muy satisfecho, que "se informa a los padres de la disponibilidad de ejemplares en valenciano". Es decir, que a los padres les dan la cartilla, de base, en castellano, que es mostrada como "la lengua normal"; y si algunos padres se empeñan en solicitarla en valenciano, sacan un ejemplar de un cajón y se la acaban dando. Esto, evidentemente, y suponiendo que sea verdad, no tiene nada que ver con la normalización lingüística y con la igualdad legal de las dos lenguas. Todo lo que no sea preguntar a los padres, con plena normalidad: "¿la quieren en valenciano o en castellano?", es una clara burla de la letra y el espíritu de la Llei d’Ús. Las personas que queremos las cosas en valenciano no somos "bichos raros", sino ciudadanos normales que queremos vivir nuestra vida, y la de nuestros hijos, en la lengua propia de nuestro país".

Pañella ha asegurado que " no podemos admitir esta marginación lingüística, y por ello exigimos al conseller que dé las instrucciones correspondientes a los trabajadores de su departamento para que la oferta lingüística de estas cartillas, y en general de cualquier documento de Sanidad donde se pueda elegir entre las dos lenguas, sea completamente igualitaria, sin marginación ni discriminación hacia el valenciano. No quiero ni imaginarme como pondrían algunas personas y grupos el grito en el cielo si la situación fuera la contraria, y la cartilla en castellano fuera un documento semiclandestino y medio polvoriento, escondido en una cajón por si algún "manioso" lo pidiera”.

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