elperiodic.com
SELECCIONA IDIOMA
Valencià

Más de 24.000 mujeres titulares de explotaciones agrarias dejaron en la Comunitat Valenciana la actividad en sólo diez años

  • El Área de la Mujer de LA UNIÓ pide medidas efectivas para visibilizar el trabajo de las mujeres agricultoras y ganaderas

En apenas diez años, y a pesar de la creciente profesionalización de las mujeres en las explotaciones agrarias y ganaderas, más de 24.000 mujeres titulares de explotaciones agrarias abandonaron en la Comunitat Valenciana la actividad, lo que supone en términos porcentuales un 43%. Estos datos son el resultado de un estudio elaborado por el Área de la Mujer de LA UNIÓ de Llauradors comparando los censos agrarios de 1999 con el de 2009.

Más escandalosa es aún la cifra del descenso en la franja comprendida entre las mujeres titulares de menos de 25 años, con un descenso del 89%; del 81% en la de 25 a 34 años, del 62% en la de 35 a 44 años o del 44% en la de 45 a 54 años. De 65 años en adelante se ha reducido únicamente un 31%, lo que refleja la resistencia de las mujeres -igual que sucede a los hombres- en seguir estando activas a pesar de haber superado la cifra de jubilación, circunstancia que se debe fundamentalmente a la percepción de unas pensiones inferiores a las del Régimen General, puesto que la pensión de complemento a mínimos es de únicamente 587 euros por paga y ante la falta de un relevo generacional digno y viable.

El Área de la Mujer de LA UNIÓ pide medidas efectivas por parte de las Administraciones Públicas para invertir esta situación y visibilizar el trabajo de las mujeres agricultoras y ganaderas en sus explotaciones y en todo lo que compete a su labor en las zonas rurales.

El sector agrario tiene grandes retos por delante como son la reforma de la Política Agraria Común (PAC), la competencia de los mercados, las adversidades climatológicas, el retraso en el cobro de las ayudas o el acceso a la formación continua ante una apatía política que continuamente desoye las necesidades sectoriales y el mundo rural.

Ante todo este contexto de dificultades la falta de mujeres jóvenes en el sector se traduce también en su escasa participación en las estructuras sociales agrarias, ya sean organizaciones agrarias, cooperativas o bien asociaciones. Las razones socioculturales parece que no han cambiado a lo largo de los años. Existe un umbral de corresponsabilidad en la vida cotidiana que no se ha superado; mientras que la disponibilidad de los hombres para los asuntos sociales, sindicales y políticos es incuestionable, las mujeres conservan un rol que va ligado a la gestión y la coordinación de todas las necesidades familiares: cuidar los hijos, atención a los mayores, redes de solidaridad, etc.

Con todos estos inputs adicionales ser agricultora o ganadera se convierte en una tarea más dura y compleja, y no por el carácter específico del trabajo en el campo, dado que la tecnología ha ayudado a superar muchos de sus inconvenientes, sino al hecho adicional de hacer frente siempre, a solas, a todas las responsabilidades domésticas.

Por lo tanto, después del trabajo en la explotación y tener la familia bien organizada queda poco margen de tiempo para hacer sindicalismo, cooperativismo, política o cualquier actividad social. Esto provoca que muchas mujeres, durante algunos años de su vida, sean invisibles en las actividades sociales y públicas relacionadas con el sector agrario, y ésta también es una asignatura pendiente para todas. Los recortes de la Generalitat en materia de sanidad, educación y otras cuestiones básicas, se acrecientan aún más en las zonas rurales y especialmente afectan al colectivo de las mujeres.

Anna Cuquerella, responsable de la mujer de LA UNIÓ, considera que “la Ley de Titularidad Compartida, que levantó muchas expectativas en su inicio, se ha quedado prácticamente en papel mojado ante las dificultades para su aplicación y los escasos beneficios que hasta la fecha ha reportado a las mujeres agricultoras y ganaderas”.

Subir