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La unidad de baja visión de la Fundación Oftalmológica del Mediterráneo ha atendido a 1.200 pacientes

    La Unidad de Baja Visión de la Fundación Oftalmológica del Mediterráneo (FOM) celebra hoy su 6º aniversario. Desde su creación en 2006, 1.200 pacientes han sido atendidos en sus consultas y se ha mantenido el porcentaje de éxito en rehabilitaciones del 80%.

    Este año, la Unidad de baja visión de la FOM ha incorporado una importante novedad: la utilización del microperímetro como instrumento de diagnóstico y rehabilitación, que mejora el entrenamiento de la visión excéntrica.

    La visión excéntrica consiste en mirar un objeto por un lado del ojo. Esta visión es muy útil para pacientes de Baja Visión que han perdido la visión central. No obstante, para aprender a mirar excéntricamente (o de reojo) se requiere un entrenamiento visual. Con esta tecnología avanza, se ha logrado reducir el tiempo empleado en dicho entrenamiento en las consultas de la FOM.

    “El microperímetro en la Unidad de Baja Visión tiene un papel fundamental en el diagnóstico y localización del punto de visión preferente de la retina en pacientes con daño en la visión central, que nos sirve para seguir la progresión de la enfermedad de forma fiable y reproductible”, afirma el doctor Jesús Mª Morales, oftalmólogo especializado en Baja Visión y responsable de la Unidad de Baja Visión de la FOM.

    “Al mismo tiempo, nos permite mejorar el entrenamiento en visión excéntrica, acortando el número de sesiones necesarias para rehabilitar a los pacientes que necesiten este tipo de visión. Además de utilizarlo en Baja Visión, el microperímetro tiene un gran futuro como instrumento de diagnóstico en otras patologías”, añade el doctor Morales.

    A raíz de estos resultados, la FOM ha sido invitada a compartir sus conocimientos en este campo en el 88º Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).

    Telescopio intraocular personalizado
    Durante este año, la Unidad de Baja Visión ha continuado el desarrollo del telescopio intraocular personalizado en pacientes con miopía magna. Se trata de un sistema de doble lente implantado en el ojo que actúa como el Telescopio de Galileo, y que permite incrementar la agudeza visual en pacientes con baja visión.

    Este sistema consiste en la implantación de una lente intraocular bicóncava de alta potencia negativa en la cámara posterior del ojo y una lente intraocular biconvexa de alta potencia positiva en la cámara anterior. Las dos lentes permiten aumentar el tamaño de la imagen retiniana en un 20 o 30% (siendo compatible con la deambulación) y conseguir más visión.

    La FOM ha sido pionera en España en la implantación de este sistema en pacientes con alta miopía de manera personalizada, es decir, que no utiliza lentes estándar, sino que la lente implantada se adapta a las necesidades de cada paciente.

    Investigadores de la FOM presentaron los resultados obtenidos en la aplicación de los telescopios intraoculares personalizados en el mayor foro mundial sobre investigación en visión (ARVO), celebrado en Florida.

    Unidad de baja visión de la FOM
    La Unidad de Baja Visión de la FOM está conformada por un equipo multidisciplinar, compuesto por un oftalmólogo especializado en baja visión, dos optometristas y tres técnicos de rehabilitación.

    En la FOM, estos pacientes se rehabilitan por medio de ayudas ópticas y no ópticas, de manera que la visión que poseen les sea útil en su vida cotidiana. Para ello, los especialistas utilizan mecanismos de mejora de visión como microscopios, telescopios, adaptaciones con gafas especiales, telemicroscopios, lupas, etc.

    Estudios internacionales publicados en revistas prestigiosas como Ophtalmology y Clinical and Experimental Optometry han demostrado la relación existente entre el número de personas que sufren baja visión y el número de visitas a los servicios de traumatología y psiquiatría. Cuando estos pacientes se han rehabilitado en Unidades de Baja Visión, ha disminuido el número de visitas a estos servicios por lesiones provocadas por caídas y depresión.

    La baja visión supone la imposibilidad de realizar tareas habituales en la vida diaria, como la lectura, la utilización del ordenador, la realización de tareas domésticas, los desplazamientos, el aseo personal, etc.

    Un paciente con baja visión es aquella persona que no padece ceguera legal (ver menos de 0’100) pero que tiene, como máximo, el 30% de visión de una persona normal.

    Según la OMS, en el mundo hay aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 39 millones son ciegas y 246 millones presentan baja visión.

    Las principales patologías tratadas en esta Unidad son la degeneración macular asociada de la edad (DMAE), la retinopatía diabética y la miopía magna.

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