Crítica a "MS1: Máxima Seguridad (LockOut) (2012)"
Guy Pearce mata a convictos descriogenizados a golpes de humor.
DIRECCIÓN / PAÍS /AÑO:
James Mather, Stephen St. Leger / Francia (2012)
REPARTO:
Guy Pearce, Maggie Grace, Peter Stormare, Tom Hollander, Joseph Gilgun
SINOPSIS:
La MS1 es una prisión experimental en el espacio, que orbita a 50 millas de la Tierra, donde los 500 criminales más peligrosos del planeta se encuentran retenidos en un estado de “letargo” inducido. A la cabeza de una misión humanitaria, la hija del presidente de los Estados Unidos, Emilie Warnock (Maggie Grace) llega a bordo de la prisión justo antes del estallido de un motín. Emilie y los trabajadores de la MS1 son tomados como rehenes por los violentos internos. El presidente Warnock decide enviar al agente Snow (Guy Pierce) a la MS1 con la única misión de salvar a Emilie a toda costa. Snow es un convicto encerrado por conspiración y espionaje contra los Estados Unidos.
CRÍTICA:Guy Pearce mata a convictos descriogenizados a golpes de humor.
Al irregular (en lo que a su filmografía se refiere) Luc Besson debió gustarle mucho Prey Alone, cortometraje de James Mather y Stephen St. Leger, dado que les ha producido su ópera prima, no sin dejar de participar en el guión de este film futurista que recuerda irremediablemente a El Quinto Elemento por ser una de sus películas más recordadas, por el rol de los personajes y por su ambientación.
En esta ocasión el arranque nos sitúa con un Guy Pearce interrogado y culpado de una conspiración contra el gobierno por algo que no ha hecho. Al mismo tiempo, Maggie Grace, en el papel de la hija del presidente defensora de los derechos humanos, visita una prisión espacial de alta seguridad para asegurarse que los prisioneros no son usados para experimentos como dicen los rumores. Para entrevistarse con ella eligen al mayor psicópata de todos y que tiene más posibilidades de liarla parda que de tener una conversación normal y darle la información que ha ido a buscar.
Como era de esperar, se produce un motín, todos los presos son liberados de la especie de sueño criogenizatorio al que estaban sometidos, lo hacen muy cabreados (tomen nota los que en el futuro quieran despertar a Walt Disney) y toman a la "primera hija" de rehén. No pueden faltar los conflictos internos entre el preso alfa que quiere llevar la cosa con cabeza y el psicópata que quiere matar y violar a todo lo que se menea y además para colmo, son hermanos.
Como demuestran las referencias cinéfilas de décadas anteriores, para estos casos siempre es mejor mandar a algún preso que tiene un panorama muy negro para que además aproveche el viaje para arreglar lo suyo y limpiar su nombre. Guy Pearce es nuestro hombre. Steven Seagal solía ser el hombre ideal para este tipo de misiones, desplazándose por conductos y cargándose de un simple golpe a cualquiera que se interpusiera en su paso, ya podían ser 10 que 100. Pero el hombre ya no está para estos trotes e igual se nos queda atascado en algún conducto de la nave.
Pearce cambia los golpes de Aikido por los golpes de humor, siendo el sarcasmo su mejor arma. No se si tiene una frase seria o ninguna en toda la película y aunque en principio pensaba que el constante club de la comedia podría hacerse pesado, es de lo mejor de la película.
La película original no es y hablando en términos cinematográficos objetivos deja bastante que desear. En cuanto a lo visual y los efectos especiales hay algunas secuencias como la inicial de persecución en moto que hacen parecer a videos amateurs de Serie B obras maestras.
Pero saben en su refrito de tópicos introducir un ritmo endiablado que no da descanso desde la primera secuencia a la última, con mucha acción y un citado sentido del humor que le hace mucho bien. Todo ello la convierte en una obra de entretenimiento básica pero efectiva con la duración justa y necesaria, lo que siempre ayuda en estos casos.
Nota: 5'3
