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La inmigración sostiene las economías del interior de la Comunitat

  • Según el Informe del Observatorio Valenciano de la Inmigración (OVIM) que analiza la inmigración en 17 comarcas del interior

  • La inmigración rejuvenece la población de las provincias de Castellón y Valencia en los últimos diez años

  • La inmigración de Alicante, a diferencia del resto de la Comunitat, no se caracteriza por tener un perfil laboral

En la Comunitat Valenciana hay pueblos que se encuentran amenazados por el fenómeno de la despoblación, se trata de municipios del interior de la Comunitat y principalmente de comarcas del interior de la provincia de Castellón, que han sido históricamente las más afectadas por la emigración de sus ciudadanos hacia núcleos urbanos.

Este podría ser el caso de localidades como Chóvar, Cortes de Arenoso o Lucena del Cid, que desde los años 60 han visto como década a década su población iba menguando. Esta circunstancia no sólo se produce en la provincia de Castellón también la encontramos en el resto, en la de Valencia; Ademuz o Villar del Arzobispo y en Alicante, municipios como Beniarrés o Penáguila.

La inmigración ha atenuado el decrecimiento poblacional y su progresivo envejecimiento pero si ésta se reduce podría a medio plazo dificultar el acceso a determinados servicios necesarios para el desarrollo de estos municipios, como es la sanidad, la educación y la asistencia social. Esta es una de las conclusiones del estudio “El impacto de la inmigración en las comarcas del interior de la Comunitat Valenciana” elaborado por el Observatorio Valenciano de la Inmigración (OVIM), dependiente de la Conselleria de Justicia y Bienestar Social.

El análisis del OVIM, que se centra en 17 comarcas del interior, refleja que entre 2001 y 2011 se produjeron cambios demográficos que han afectado de manera desigual a estas zonas. Por un lado, existen dos comarcas –l’Alt Maestrat y Els Ports- en las que, a pesar de la llegada de inmigrantes, su población decreció en este período. Así mismo, en el Valle de Cofrentes-Ayora, Los Serranos y La Plana de Utiel Requena hubo un crecimiento positivo debido a la inmigración.

Por otro lado, en diez comarcas (Alto Mijares, Canal de Navarrés, Alto Palancia, Alcalatén, Rincón de Ademuz, Vall d’Albaida, La Costera, Alto Vinalopó, El Comptat y l’Alcoià) de no haber sido por la inmigración, su crecimiento apenas se hubiera alterado. Por último, en el caso de La Hoya de Buñol y El Vinalopó Mitjà hubiera habido un incremento poblacional considerable, incluso sin la llegada de ciudadanos originarios de otros países.

Por provincias, del estudio elaborado por el OVIM se desprende que las comarcas del interior de Castellón se caracterizan por tener elevados porcentajes de población potencialmente inactiva, es decir, ciudadanos menores de 16 años o mayores de 65. En este sentido, destaca l’Alt Maestrat, donde el 40,82% de la población (3.193 personas) se encuentra en estas franjas de edad y El Alto Mijares, con el 39,97%, que supone 1.815 personas. En el resto de comarcas de la provincia, este porcentaje es un tanto más reducido (Els Ports, con 37,01%; Alto Palancia, con 36,86; y l’Alcalatén, con 34,10%).

En cambio, la inmigración residente en las comarcas castellonenses se encuentra en edades productivas. Así, los extranjeros e inmigrantes mayores de 65 años representan únicamente el 1,39% de los extranjeros residentes en l’Alt Maestrat, un 1,27% en Els Ports el 1,41% en el Alto Palancia y el 2,58% en l’Alcalatén.

Se aprecia que entre 2001 y 2011 se produce un claro proceso de rejuvenecimiento de las comarcas castellonenses ligado a la inmigración. De hecho, la proporción de los mayores de 65 años en Els Ports se redujo en cinco puntos en la última década, cuando pasó de representar el 32% de los residentes a algo más del 26% actual. En la misma línea evolucionó la población del Alto Mijares, el Alto Palancia y l’Alcalatén. De los 80 municipios del interior de Castellón, durante la última década la población se ha reducido en 36 localidades. No obstante, sin la inmigración, once municipios más hubieran sufrido un decrecimiento poblacional.

Provincia de Valencia
En la provincia de Valencia, por grupos de edad se aprecia que casi el 43% de la población residente en el rincón de Ademuz es potencialmente inactiva. En el resto de comarcas valencianas, se observa que cuentan con porcentajes más bajos, sobre todo en aquellas comarcas que se encuentran próximas a importantes núcleos urbanos, como es el caso de la Hoya de Buñol y la Costera.

En referencia a las edades productivas, la inmigración residente en las comarcas de esta provincia, salvo el Valle de Cofrentes-Ayora donde predominan los británicos, se caracteriza por encontrarse en edades altamente productivas. Así, la presencia de mayores de 65 años de origen extranjero representan entre el 1,35% en algunas comarcas y el 5% de otras.

Por otro lado, el proceso de rejuvenecimiento entre 2001 y 2011 no afectó por igual a todas las comarcas de la provincia. De este modo, el estudio del OVIM concluye que seis comarcas han experimentado un rejuvenecimiento de la población y, en cambio, otras dos –el Valle de Cofrentes-Ayora y la Vall d’Albaida- han sufrido un envejecimiento.

Provincia de Alicante
Respecto a la provincia de Alicante, a pesar de que la población potencialmente inactiva es inferior al 35%, se aprecia que este grupo poblacional representa proporciones similares a las de las comarcas de la provincia de Valencia. Los porcentajes más elevados de ciudadanos menores de 16 años o mayores de 65 se hallan en El Comptat (34,67%), en l’Alcoià el 33,76% o en el Alto Vinalopó el 32,78%.

A diferencia de las comarcas de Castellón y Valencia, en el caso de Alicante los extranjeros mayores de 65 años tienen mayor peso poblacional. En el Comptat son el 12,07% de los extranjeros, en el Vinalopó Mitjà supone el 9,45% y en l’Alcoià el 6,83%. El elemento diferenciador de la población inmigrante residente en Alicante es que hay un importante grupo de nacionalidades que no tiene un perfil laboral, esto es, que en la mayoría de los casos se trata de personas inmigrantes y extranjeras que no se instalan en la Comunitat por razones de trabajo.

En cuanto al proceso de rejuvenecimiento, es menos significativo que en las otras dos provincias. Prueba de ello es que en dos comarcas (el Vinalopó Mitjà y l’Alcoià) creció el peso de los mayores de 65 años durante la última década, mientras que en el resto, aunque disminuye, este decrecimiento es inferior a un punto porcentual.

En los 50 municipios analizados, entre 2001 y 2011 han perdido población 14 localidades pero sin el fenómeno de la inmigración esta circunstancia hubiera afectado a 8 más, entre ellos Alcoi, que siempre ha sido referencia en la Comunitat.

Conclusiones
De todos estos datos se desprende que la sostenibilidad de las regiones del interior, que son las más amenazadas por la despoblación, pasa por la llegada de ciudadanos en edades productivas que puedan hacerse cargo de los sectores económicos. En este sentido, el más que probable cambio de tendencia de los flujos migratorios en España y en la Comunitat Valenciano donde los saldos comienzan a ser negativos, hace preveer que las comarcas del interior serán las más afectadas.

La despoblación comporta dos situaciones; el envejecimiento paulatino de la población y la pérdida de competitividad frente a las zonas urbanas con mayor densidad empresarial. La inmigración puede llegar a paliar los efectos negativos de la despoblación por lo que resulta necesario, conforme a la valoración del OVIM, revitalizar los sectores productivos de estas comarcas para asegurar la continuidad del sistema económico y demográfico.

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