Compromís denuncia el alquiler de l’Àgora a empresas privadas sin que se haya recepcionado la obra
La última fiesta celebrada fue la de Nochevieja y desde Compromís han preguntado a la Conselleria de Gobernación si la instalación dispone de la licencia de actividades para la realización de esos actos
El portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Enric Morera, ha presentado una batería de preguntas sobre el polémico edificio de l’Àgora y el uso que se le está dando. Recientemente, y por las informaciones aparecidas en la prensa valenciana, se ha sabido que ese recinto fue utilizado para la celebración de una fiesta de fin de año multitudinaria, a pesar de no ser una obra recepcionada.
Por eso, Morera ha preguntado al conseller de Gobernación, Serafín Castellano, si l’Àgora dispone de la correspondiente licencia de actividades para la realización de una macrofiesta privada. También, desde Compromís han reclamado explicaciones por escrito del procedimiento por el cual se han alquilado las instalaciones de l’Àgora para esa actividad empresarial y, como no, “también queremos saber a qué empresa se ha alquilado”, según ha reconocido el síndico de Compromís.
Entre las preguntas presentadas, desde la formación valencianista, progresista y ecologista han reclamado saber si son compatibles los usos y finalidades de l’Àgora con la celebración de actos, como por ejemplo una fiesta de Nochevieja organizada por una empresa privada. Según Morera, “la construcción de ese edificio nos ha costado muchísimo dinero a las valencianas y valencianos para tener un contenedor cultural que el PP no ha sabido administrar y, por lo menos, nos gustaría saber si quien está ocupando l’Àgora para hacer negocio paga lo que corresponde y si ese dinero lo destina después la Generalitat para ir tapando el gran agujero que se ha hecho en la Ciutat de les Arts i de les Ciències”.
Morera considera que los usos de un espacio como l’Àgora, “no son los que está dándole hasta el momento el gobierno valenciano, y esto plantea muchas cosas, como por ejemplo, si era necesario la millonada que ha costado el proyecto y la construcción del edificio y después, también evidencia la carencia de una política cultural clara por parte del Consell, porque hacer un edificio simbólico para bodas, bautizos, fiestas de fin de año y otros saraos no es lo más adecuado para el edificio ni su entorno y es una falta de respeto hacia los ciudadanos y ciudadanas que han pagado todo esto”.
