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Otra dolorosa derrota del Villarreal

Otra dolorosa derrota del Villarreal
  • Fuimos mejores pero pagamos caros los errores

  • Nos salvamos de puestos de descenso gracias a resultados de otros

  • La continuidad de Garrido en el aire

Hoy la visita al Sadar era de nuevo una final, otra más este año de muchas que vendrán dado que aunque está claro hace tiempo que vamos a sufrir hoy se ha confirmado que somos un claro candidato a estar luchando por la permanencia hasta la última jornada.

Por suerte o más bien por los resultados de los otros partidos, con la derrota del Sporting y el empate del Racing, al menos no pasaremos las navidades en descenso, un dato meramente anecdótico pero que sin duda hubiera hecho aumentar la tristeza de la ya tocada familia amarilla.

De todos modos evitando esas posiciones, seguimos empatados con el antepenúltimo, solo un punto por encima del penúltimo y a 5 puntos del farolillo rojo. Además rivales directos como el Betis, Getafe o Granada han ganado y se nos distancian algo más, dejando la sensación que la salida del pozo en el que estamos está más alta que la última vez que miramos la clasificación.

Si encima le echamos un ojo al calendario que tenemos tras la vuelta de vacaciones, a más de uno se le atragantará el turrón o tendrá que ir corriendo al wc porque se le ha revuelto el estómago del susto.

Hay varios partidos que hemos dado pena por el campo, que se ha dado una triste sensación pero luego hay otros como hoy que no se ha hecho mal, diría incluso que se ha hecho bien pero que aún así perdemos y esto es quizá más preocupante que lo anterior dado que parece que te hundes más y más y cada vez está más lejos salir salvo milagro, suerte o giro radical.

Hoy como digo no ha sido nuestro peor partido, tampoco ha sido el partido donde errores más graves ha tenido el mister, pero es la gota que colma el vaso y más cuando todos reflexionamos de forma automática con el parón liguero navideño ya encima.

Analizando el encuentro en si, hemos visto de nuevo unos 15 minutos iniciales muy buenos de los nuestros, recuperando nuestro toque, nuestra identidad de juego. Pero como ya pasó contra la Real Sociedad o contra el Mirandés, fue un simple espejismo que pronto se diluyó ante la realidad de los nervios, de las pérdidas de balón fáciles y resto de elementos preocupantes.

Hoy sin embargo supimos reponernos en la misma primera parte a ese bajón y volvimos a equilibrar el partido e incluso volvimos a tomar las riendas. De todos modos es agarrarse a algo positivo, buscar algo que nos haga ilusionarnos o simplemente ser positivos y no catastrofistas.

Porque aún en nuestros mejores momentos de toque que recuerda lo que antaño éramos, nos sigue costando mucho crear peligro, ya no solo marcar gol sino crear una jugada donde esté realmente cerca. Si a ello sumamos que todo el trabajo costoso que realizamos de medio campo para arriba se viene abajo en cualquier balonazo largo o balón colgado donde la defensa tiembla como un flan, sobra decir que nos encontramos ante un derrotero muy complicado.

Su juego basicamente era intentar robarnos balones con la presión y salir a la contra rápida, no pensándoselo mucho a la hora de chutar desde lejos ni en mandar balones a sus carrileros para que vayan a buscarlos y centraran balones al área casi al primer toque.También hicieron uso a parte de la presión de un juego muy contundente. A nuestros hombres sobretodo de medio campo los cosieron a patadas ante la impune mirada del árbitro, cuando en circunstancias normales no debieron acabar el partido con 11.

Como es también habitual y he comentado en parte el partido fue a ráfagas. A ratos teníamos la pelota e intentábamos con más trabajo que resultados, llegar arriba y en otros ellos con nada nos hacían peligro y pasar malos ratos, en gran parte por nuestras pérdidas de balón de forma fácil y en sitios del campo peligrosos, incluso jugándonosla con pases suicidas innecesarios.

El Villarreal ha ganado varios partidos jugando a la barraca y ahora que ha recuperado los lesionados intenta volver al sistema habitual pero le cuesta mucho.

En el minuto 54 se le anularía un gol a Marco Ruben por fuera de juego pero el que lograría 10 minutos después si subiría al marcador. La alegría duraría poco dado que en menos de diez minutos y en el transcurso de los siguientes ocho, todo se iría por la borda.

En un cúmulo de despropósitos que es un ejemplo más de la poca solidez del equipo, de lo mucho que nos cuesta a nosotros todo y lo poco con lo que nos marcan y de un estado de nerviosismo y falta de confianza empezando por el entrenador y acabando por los jugadores.

Hoy Garrido de nuevo la volvería a liar con los cambios. No es la primera vez, ni la más grave (a parte de que la lie con más cosas) pero como decía al inicio es la gota que ha colmado el vaso de gran parte de la afición, sino es que estuviera a rebosar hace tiempo. Mucha gente critica comportamientos y decisiones que cualquiera que sepa minimamente de fútbol, sin tener que ser entrenador, no tomaría. Como una de las "leyes" básicas del fútbol de no hacer un cambio en un córner y más para quitar a un hombre como Senna que la saca bien de cabeza para que llegue Gonzalo corriendo y descolocado.

De todos modos sería injusto cargar la responsabilidad del gol a esa decisión dado que el jugador del Osasuna remata casi a placer entre cuatro hombres de amarillo. El primer gol, el del empate también vendría en una jugada de errores y pasividad defensiva que nacería con un balón más despejado, con Mussachio fuera de su sitio y con Bruno intentando sacar la pelota con una coz extraña sin mucha fe.

Lo que si decide y/o transmite el entrenador es que marcando el gol y a falta de 25 minutos de partido eche el equipo atrás, que con el 1-1 haga un cambio defensivo dando por bueno el empate y trastocando al equipo, para que signifique el gol y te toque volver a intentar arreglarlo sacando a Nilmar in extremis.

Antes del partido ya ha sido muy criticado por el hecho de no alinear a hombres que lo están haciendo muy bien como Hernán, por cargarse a De Guzmán al cual ha puesto hasta la saciedad fuera de su posición y cuando por fin lo pone en su sitio y lo hace mejor lo vuelve a marear moviéndolo durante un mismo partido a diferentes sitios para ahora ni convocarlo.

O el hecho de llevarte 3 delanteros convocados y poner solo 1, quitándole al necesitado filial uno de sus hombres claves para nada, para además cortarle el momento más dulce de su carrera y una genial racha goleadora.

Eso quizá ya son decisiones de vestuario, basadas en cosas que no vemos ni conocemos, pero como he dicho antes hay otras que no hace falta ser entrenador para verlas.

Puede ser que estemos ante las últimas horas de Garrido en el Villarreal, lo cual no garantiza un cambio radical ni que vayamos a dejar de sufrir pero a parte de un bálsamo gigante para el club, su entorno y la grada, va a ser un cambio, un intento de algo, que es lo que necesitamos.

La gente tiene la sensación de que el barco se hunde, es su capitán quien lo lleva a pique y el que tiene el poder de evitarlo no lo soluciona. En caso de que Garrido no se vaya, analizaremos las posibles razones aprovechando el parón navideño, todas las teorías que debate la familia amarilla.

Lo que nunca debemos olvidar es que a parte de que el club es la pasión de Roig como de todos nosotros, se está jugando su patrimonio y quizá tiene razones que desconozcamos y que como digo intentaremos analizar en caso de que el mister no se vaya. Por lo que no pienso como han llegado a decir algunos que lo mantenga por cabezonería, en una especie de pulso con la afición.

El Villarreal siempre ha sido un club bastante cerrado, no abierto a contar los entresijos del día a día ni hablar de quién se va, quién viene o cualquier otro asunto. En un gesto pionero en un presidente de un club de fútbol, hace poco Roig dio la cara para exponerse a las preguntas, quejas y dudas de los aficionados.

No se si será mucho pedir, pero en caso de que no tire al mister, muchos agradecerían (aunque muchos no aceptarían nada que no sea que Garrido se va) que saliera a explicar que pasa, que no haya esta tensión entre el club y la afición, que si no hay dinero para echarlo y fichar otro que lo diga abiertamente. Creo que la comunicación es primordial en un momento como este, para ir todos unidos en la lucha por la salvación, porque si muchos dejan el barco y los que quedan están fragmentados, seguro que nos vamos a segunda.

En próximos horas seguramente haya noticias en un sentido o en otro. Hasta entonces todo lo demás es especular por lo que esperaremos a ello. Lo que no va a cambiar mínimo hasta pasadas las fiestas es la situación preocupante en la tabla clasificatoria aunque como digo, por resultados de otros, salvemos el descenso por ahora.

 

2 Osasuna: Andrés Fernández; Damià, Sergio, Flaño, Satrustegui; Puñal (Álvaro Cejudo, 72’), Nekounam, Raul García (Timor, 34’); Ibrahima, Lamah y Nino (Lekic, 69’).

1 Villarreal: Diego López; Mario, Musacchio (Nilmar, 84’), Zapata, Oriol; Bruno, Senna (Gonzalo, 81’), Borja, Cani (Castellani, 65’), Camuñas; y Marco Ruben.

Goles: 0-1, min. 63: Marco Ruben. 1-1, min. 74: Ibrahima. 2-1, min. 83: Sergio.

Árbitro: Delgado Ferreiro (Comité Vasco). Amonestó a Sergio (4’), Camuñas (62’), Timor (79’), Marco Ruben (90’).

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