El Consell y la Politécnica establecen los parámetros para la supervivencia de los árboles tras un incendio forestal
Durante dos años se han estudiado los parámetros que determinan la supervivencia o mortandad de los árboles parcialmente quemados
“Tras investigaciones que se inician en el año 2005 y que se han realizado en tres incendios forestales diferentes –ha explicado el director general del Medio Natural, Alfredo González- los técnicos de ambas entidades han determinado que de todas las variables analizadas el porcentaje de la altura del árbol afectada por el fuego y porcentaje de copa quemada son las que mejor predicen, de manera conjunta, la supervivencia de un ejemplar afectado parcialmente por un incendio”.
Presencia de plagas de insectos en los árboles quemados
Uno de los procesos que se genera tras un incendio es la aparición de plagas de insectos perforadores de los pinares que se aprovechan de los ejemplares debilitados por sequías o daños producidos por el viento, la nieve o, en este caso, parcialmente quemados por el fuego para reproducirse debajo de su corteza.
Cuando el número de insectos generado en estos árboles es muy grande puede afectar a ejemplares sanos, “de ahí –ha asegurado González- que se extraiga la madera quemada en el menor tiempo posible, evitando que se reproduzcan en su interior”.
Hasta la fecha, no se podía predecir con exactitud qué árboles, de los afectados parcialmente por incendios, morirían en los años próximos, bien debido a los daños producidos directamente por el fuego, bien a la colonización de estos insectos.
“Sin embargo, a partir de ahora, se puede establecer un criterio sanitario de corta, de manera unitaria, lo que reducirá la incidencia de estas plaga de insectos y permitirá dejar en pie aquellos ejemplares que tienen una alta probabilidad de sobrevivir en el futuro”, ha destacado el director general del Medio Natural.
Para lograr este criterio unitario se están redactando unas instrucciones que regirán en los trabajos de la eliminación de árboles afectados parcialmente por el fuego para reducir el riesgo fitosanitario que estas situaciones producen.
“Estas medidas son compatibles con otros criterios conservacionistas, que abogan por dejar en pie parte de los árboles quemados en los incendios que sirven de refugio a aves y a insectos que se alimentan de la madera, ya que los árboles que pueden generar problemas de plagas son los parcialmente quemados”, ha concluido González.
