LA UNIÓ condena y pide actuaciones contra el boicot francés a la exportación de los productos hortofrutícolas valencianos y españoles
Tras el nuevo ataque de agricultores franceses a seis camiones españoles cargados con verduras
Ramón Mampel señala que “las actitudes de nuestros homólogos franceses dejan bastante que desear en pleno siglo XXI porque el enemigo no somos nosotros sino la gran distribución”
LA UNIÓ de Llauradors considera que no se pueden tolerar los obstáculos que ponen continuamente los agricultores franceses a la libre competencia y a la libre circulación de productos agrarios valencianos y españoles. Por ello reclama medidas de control y que se establezcan sanciones por no respetar la legalidad comercial europea.
Los productores de la Comunitat Valenciana ven intolerable que en esta campaña, tan nefasta y con tantas pérdidas, se otorguen unilateralmente en el país vecino la potestad de vetar o destrozar nuestra fruta y verdura sin que nadie ponga fin a semejante barbaridad.
LA UNIÓ recuerda a los agricultores franceses que se equivocan en la dirección de sus protestas porque el sector agroalimentario francés también exporta fruta hacia el Estado español y lo que están haciendo es romper las reglas de juego. No hay que olvidar que atacar nuestras frutas y hortalizas agrava la crisis de precios y que hay que luchar conjuntamente por romper el abuso de posición de dominio de la gran distribución europea a la hora de fijar precios, así como exigir que las importaciones de terceros países cumplan con las mismas condiciones de calidad, seguridad alimentaria y respeto al medio ambiente que se nos exige a los agricultores europeos.
El secretario general de LA UNIÓ, Ramón Mampel, exige la actuación inmediata del departamento de Agricultura y el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino para que las autoridades europeas exijan a Francia responsabilidades, le imponga sanciones por el boicot a la libre circulación de camiones desde nuestro territorio.
Para Mampel “la Unión Europea en lugar de frenar el abuso de la gran distribución, que comporta precios ruinosos para el productor sin que baje el precio para el consumidor, continua liberalizando el mercado agrario, favoreciendo la importación de productos de terceros países a bajo precio y sin reclamar que se les aplique la misma normativa y condiciones que a nosotros”.