Un viaje a Sidney con escala en la Jove Orquestra de la Generalitat
Jordi y Tono han competido con centenares de músicos de todo el mundo para llegar a esta orquesta, y, tratándose de Youtube, lo han hecho valiéndose de las nuevas tecnologías. Sus audiciones fueron grabadas en vídeo: en el caso del primero, un equipo de la propia organización realizó el registro en el Auditorio Nacional –sala de residencia de la Orquesta Nacional de España, de la que es miembro desde 2008–, mientras que el fagotista se las compuso solo con una webcam que compró expresamente para ello.
De los presentados, los seleccionadores, pertenecientes a nueve prestigiosas orquestas internacionales, escogieron a 300 y tras una votación popular el director de la OSYT, Michael Tilson Thomas, y el compositor residente, Mason Bates, designaron a los 101 miembros definitivos, que actuarán en marzo en la Ópera de Sídney.
Toda una experiencia para estos valencianos que comparan esta oportunidad con la que tuvieron en su día como miembros la JOGV, ya que vivirán no solo una gran experiencia musical en un lugar tan lejano sino conocerán a otros jóvenes, en esta ocasión de diversas culturas y países.
La JOGV, un paso previo al mundo profesional
“Envié el vídeo, entre otras cosas, después de que otro miembro de la JOGV, el oboísta y corno inglés Robert Silla, me dijera que merecía la pena intentarlo porque él ya estuvo allí –explica Jordi– y ahora voy a encontrarme en la Orquesta de Youtube a Tono, con el que coincidí en la formación de Galduf”.
Y es que la JOGV marcó su carrera. Tanto Tono como Jordi dieron su primer concierto con orquesta en un gran auditorio con la JOGV, en concreto el Palau de la Música: allí interpretaron la Guía para jóvenes de Britten, aunque en otras ocasiones abordaron obras emblemáticas de la historia de la música y, además, como solistas.
Antes de llegar a la Orquesta de Youtube, los dos valencianos han prosperado en su actividad profesional. Previamente a su ingreso en la ya citada ONE, Jordi estuvo en la Sinfónica Ciudad de Oviedo y colaboró con la de RTVE, la de la Comunitat (Palau de les Arts), las sinfónicas de Castilla y León, entre otras, además de pertenecer a diversas orquestas jóvenes.
Por su parte, Tono Ruano, actualmente profesor de fagot por oposición en el Conservatorio de Cullera, ha colaborado con la ONE, la de la Comunitat con Lorin Maazel, la Pablo Sarasate de Pamplona y con diferentes agrupaciones bandísticas y de cámara y, al igual que su compañero ha sido distinguido con numerosos galardones.
Beca de perfeccionamiento del IVM
La directora del Institut Valencià de la Música, Inmaculada Tomás, ha mostrado su satisfacción por la selección de estos dos antiguos componentes de la JOGV, unidad artística adscrita al IVM y ha recordado que, además, Jordi fue beneficiario en 2002 de una beca de perfeccionamiento musical de este organismo para estudiar en el Conservatorio Superior de Lyon.
“Un gran porcentaje de antiguos miembros de la JOGV acceden al mundo profesional tanto en orquestas españolas como extranjeras, y para nosotros eso avala nuestro trabajo y nos anima a continuara por ese camino”, explica Tomás.
La figura de Manuel Galduf
“Entré con 16 años en la JOGV, yo había tocado cuatro cosas en la banda con algún grupito de cámara, cuando llegué allí y tocamos la Cuarta de Brahms, y me temblaban las piernas. Además, trabajar con el maestro Galduf y con Jordi Bernàcer, que entonces era asistente y que hoy tiene una carrera impresionante, fue algo muy importante”, asegura Jordi Navarro.
Tono también recuerda con agradecimiento el apoyo del director de la JOGV: “Yo estaba muy preocupado por mi solo en la Consagración de la primavera en el Teatro Monumental de Madrid, que además lo iban a grabar, y el maestro me apoyó y me dio confianza”.
“La JOGV supuso un gran incentivo y un gran servicio para toda una generación de músicos valencianos, que en la actualidad trabajan por toda España, una experiencia que yo recomiendo a los chavales, porque te permite conocer repertorio de todas las épocas, trabajar con buenos profesores, realizar estrenos de música contemporánea..., y también hacer amigos con los que todavía mantengo el contacto y con los que todos los veranos cae una paella”, asegura Jordi.
Paso previo al mundo profesional
Para Tono fue “una especie de paso previo al mundo profesional por tener la posibilidad de tocar en una orquesta, con una gran calidad: ensayos, conciertos y todo a muy buen nivel, y desde el punto de vista profesional conocer a gente de diversos puntos de la CV te abre muchas puertas”
La variedad en el repertorio de la JOGV es uno de los hechos que más destacan estos dos músicos, “la Cuarta sinfonía de Brahms, la Sinfonía alpina de Richard Strauss, el Concierto para orquesta de Bartók y la citada obra de Britten son composiciones que “dejan huella, te abren los ojos y te hacen pensar que estudiar esto merece la pena”, explica Jordi.
Tono opina de un modo similar: “Lo que más me aportó fue tocar las obras como La consagración de la primavera [de Stravinski], Sherezade [de Rimsky-Korsakov] y la Sinfonía concertante para solistas de viento y orquesta de Mozart como solista, una oportunidad que difícilmente se repite después”.
Pedagogía... y diversión
Pero, a juzgar por lo que cuenta, y por lo que no cuentan, estos dos grandes intérpretes, ser miembro de la JOGV, también les ha reportado momentos de ocio inolvidables. Tono hace una pausa antes de contestar y dice: “Locuras nocturnas, muchas, pero ninguna que se pueda contar. Vino Inmaculada Tomás un par de veces a recordarnos que éramos músicos y debíamos comportarnos”.
Jordi también se muestra prudente pero algo más explícito: “Muchas anécdotas, alguna fiestecilla, partidas de ping pong, cantar por ahí canciones que nos inventábamos, algo de ligue. Galduf sabía cuándo exigir y cuándo había que distender el ambiente”.
