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Vuelve el campamento “Anawin” para personas con discapacidad intelectual: un tiempo para descubrir el valor único de cada persona

Vuelve el campamento “Anawin” para personas con discapacidad intelectual: un tiempo para descubrir el valor único de cada persona
  • Del 14 al 20 de agosto, una semana con talleres, juegos y oraciones con familiares y voluntarios en el Seminario de Moncada

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Vuelve el campamento “Anawin” para personas con discapacidad intelectual: un tiempo para descubrir el valor único de cada persona - (foto 2)
Vuelve el campamento “Anawin” para personas con discapacidad intelectual: un tiempo para descubrir el valor único de cada persona - (foto 3)

El Seminario Mayor de Moncada se prepara ya para acoger del 14 al 20 de agosto a los participantes del campamento de verano “Anawin” que pretende ser “un tiempo precioso de amistad y de compartir para descubrir el valor único de cada persona y, sobre todo, aprender a encontrar a Dios en las personas con discapacidad intelectual”, explican los organizadores.

Y es ellos, las personas con discapacidad intelectual, los “anawines” -que significa en arameo “hombre pobre, cuya riqueza es tener a Dios”- son los protagonistas de este campamento que cumple ya su octava edición como un espacio para ellos y sus familias en compañía de numerosos voluntarios.

Participarán 25 voluntarios -del 14 al 20 de agosto- y alrededor de 20 niños y adultos con discapacidad, con sus familias, que estarán del 15 al 19 en el campamento ubicado en el Centro de Convivencias Diocesano “Galilea”, dentro del Seminario Mayor.

Al igual que en ediciones anteriores, durante una semana “realizamos diferentes actividades dirigidas a los “anawines”, como salidas a la playa, talleres y juegos, dinámicas en torno a las Parábolas, y compartimos todos la celebración de las misas y oraciones así como testimonios y tiempo con los voluntarios y con las familias”, destacan.

Ofrenda de flores de los “anawines” a la Mare de Déu en la Basílica

El sábado 19 de agosto “hemos organizado dos actos muy bonitos: una visita a la Basílica, por la mañana, para que los ‘anawines’, acompañados por sus familia y por los voluntarios, hagan una ofrenda de flores y peticiones a la Virgen. Y ese mismo sábado por la tarde compartiremos una eucaristía en familia, todos los participantes, antes de la despedida de los ‘anawines’”, comentan.

Este verano el campamento lleva por lema “Has hallado gracia” y, además de contar con todos los “anawines” y sus familias y los voluntarios, “será una edición especial porque participaremos los tres sacerdotes que comenzamos esta aventura junto con los ‘anawines’ cuando aún éramos seminaristas, hace casi diez años: Camilo Ruiz, Jorge López y Carlos Bou”, añaden.

Según los sacerdotes, “todos estos campamentos han servido de formación para que estemos pendientes de los más débiles y sencillos, teniendo un valor añadido en nuestro proceso de formación sacerdotal al poder convivir con las personas preferidas por Dios”.

“Somos un campamento donde la centralidad de Cristo se hace presente en las personas con discapacidad, y donde los voluntarios y amigos dan su tiempo para servirlos y darles unas jornadas festivas”, indican.

Las personas con discapacidad “están felices allí donde encuentran un sitio, se sienten reconocidas, escuchadas, amadas, cosa que constatamos durante todos los campamentos de años anteriores”, subrayan.

Por su parte, “los padres vienen para descansar un poco, alejarse de sus preocupaciones diarias. Son felices al ver a sus hijos reconocidos y amados, tienen también dones para compartir. Para algunos son sus únicas vacaciones”, explican.

Y los “voluntarios y amigos que tanto nos ayudan estos días llevan todos sus dones preciosos: creatividad en las actividades, escucha tanto a las personas con discapacidad como a los padres, alegría de vivir, fantasía… Animan a las personas con discapacidad para que se superen, para que salgan de ellas mismas”.

Origen del campamento “Anawin”

Esta iniciativa surgió de la Familia Consolación “formada por laicos que anuncian a Jesucristo a los que padecen cualquier necesidad”; de las comunidades de Fe y Luz Valencia, que centran su labor en familias con hijos que tienen discapacidad intelectual, movimiento que se ha constituido en el Foro de Laicos del Arzobispado bajo la denominación “Puerta del Cielo”; el Cottolengo del Padre Alegre de Valencia, que acoge a personas con discapacidad; además del Seminario Metropolitano “La Inmaculada” y numerosos voluntarios y amigos de diferentes parroquias de la diócesis y carismas.

La primera edición del campamento “Anawin” nació en 2014 a raíz de las Pascuas de servicio que realizaban las Hermanas de la Consolación en comunión con las comunidades de Fe y Luz, con la colaboración de los entonces seminaristas y hoy ya sacerdotes diocesanos Camilo, Jorge y Carlos.

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