Más de 300 escolares de Mislata aprenden en La Canaleta a practicar juegos tradicionales

En los últimos tiempos, los juegos de ordenador, las videoconsolas y los aparatos de última tecnología se han convertido en los preferidos por los más pequeños a la hora de jugar y ocupar su tiempo libre. Poco a poco van cayendo en desuso los juegos de mesa y sobre todo los juegos de calle, esos juegos tradicionales que eran la principal diversión de niños y jóvenes en un pasado no tan lejano.

Por este motivo, ayer se celebró en Mislata una jornada dedicada a los juegos tradicionales en el Parque de La Canaleta, una iniciativa coordinada por la Federació de Jocs Tradicionals de la Comunitat Valenciana y el Ayuntamiento de Mislata, en la que participaron los clubes de canut y petanca de la ciudad. Desde hace ya ocho años, los alumnos de 5º de Primaria de los colegios de la ciudad se dividen por grupos para practicar nueve juegos tradicionales, muchos de ellos totalmente desconocidos para los pequeños.

Durante esta jornada, más de 300 niños y niñas se iniciaron en deportes tradicionales como el canut y la petanca, pero también aprendieron a bailar la trompa, a jugar al círculo o hacer una partida de cartas al “siete y medio”. Todos ellos se mostraron muy interesados en conocer los secretos de unos juegos tradicionales a los que la tecnología y el cambio en los modos de vida de los más pequeños han condenado al olvido.

Por ello es importantísimo el papel que juegan colectivos como la Federaeción de Jocs Tradicionals o los clubes de Canut y Petanca de Mislata, dos de los más numerosos entre los mayores de la ciudad. Estos dos colectivos realizan durante todo el año una importante labor para promover el conocimiento y la práctica de estos deportes a través de intercambios generacionales con los colegios públicos de ciudad. Así, durante todo el curso escolar, monitores voluntarios de canut y petanca se reúnen semanalmente con los niños y jóvenes de la ciudad para enseñarles estos juegos en las pistas que tienen instaladas en el Parque de La Canaleta.

Para los mayores, estos intercambios generacionales son un motivo importante para mantenerse activos y para los más pequeños la única oportunidad para conocer juegos tradicionales autóctonos que hoy en día ya no se enseñan ni mucho menos se practican en los colegios.