El Ayuntamiento rehabilita la fachada de El Arte
Las obras devolverán a su estado original este emblemático edificio, exponente de la industria cerámica en el primer tercio del siglo XX
Entre las actuaciones previstas destacan la necesidad de devolver al edificio, ubicado en la avenida País Valencià, su estado original, cerrando huecos, reparando la cornisa con piezas cerámicas de las mismas tonalidades, rejuntando y llevando a cabo su limpieza, o recuperando el volumen de la cenefa de motivos vegetales. Para el alcalde de Manises, Enrique Crespo, "con estas intervenciones, lograremos que esta emblemática fachada recupere todo su esplendor y así continúe formando parte del patrimonio de nuestra ciudad para el disfrute de todos los maniseros. Desde el Ayuntamiento de Manises valoramos muy positivamente estas ayudas que contribuyen a conservar monumentos y bienes del patrimonio histórico y cultural de nuestro municipio y que, de este modo, contribuyen a la promoción de nuestra cultura".
La actuación se divide en dos área, ya que la fachada, que data del año 1922, se realizó en dos fases: una que corresponde al propio edificio de El Arte, o fachada tradicional, situada a la parte izquierda del edificio, y una segunda fachada, o fachada árabe, promovida por su propietario, el ceramista Juan Bautista Huerta Aviñó, que con ella buscó un intencionado contraste entre las dos construcciones que, visualmente aparentan ser dos edificios independientes, pero que funcionalmente estaban intercomunicados. Esta fachada árabe imita las cerámicas de la Alhambra de Granada, entendiéndose como un anexo a la parte derecha de la propia fachada de El Arte.
Las obras comprenden la rehabilitación propiamente dicha de la fachada original y la intervención para garantizar la estabilidad de la zona árabe.
Juan Bautista Huerta Aviñó, ceramista que fue un virtuoso del reflejo metálico, utilizó en el revestimiento de este edificio, construido en 1922, las posibilidades decorativas de los azulejos, pintados en dorado y en azul de cobalto sobre fondo blanco, dándole singularidad a esta fachada, que servía también como reclamo publicitario de los productos que fabricaba.
Los temas principales de los paneles hacen referencia al buen comercio: representado por Mercurio y sus atributos; a la productividad: presente en los cuernos de la abundancia de los cuales salen infinidad de piezas de cerámica, y al buen fabricar: con la representación del vaso de la Alhambra, paradigma entonces de la mejor realización cerámica de todos los tiempos. El zócalo se realizó con la técnica del trencadís, influencia de las obras de Gaudí. En él se puede leer la fecha de construcción del edificio: 1922.
El edificio cumplía una doble función, pues era fábrica, que ocupaba además la parte trasera de la fachada, y vivienda del propio ceramista, que ocupaba la primera planta. En 1924 se le añadió al edificio principal un segundo cuerpo con decoración de estilo hispano-árabe inspirado en las yeserías de la Alhambra.