El Hospital de Manises ahorra hasta un 30% en consumo energético

El edificio del nuevo Hospital de Manises es una estructura sostenible desde el punto de vista medioambiental, ya que en su diseño y construcción se han invertido recursos e implementado las tecnologías necesarias para obtener mayor eficiencia y ahorro energético. La actuación ha ido más allá de lo marcado por las normativas legales para conseguir que el centro consiga un ahorro energético de hasta un 30%.

Quizás la prueba más destacada de este esfuerzo inversor en medidas de ahorro y recuperación es el sistema de gestión centralizada con el que cuenta el centro. Según explica Alejandro Ramírez, Ingeniero de Promec encargado del proyecto, “el sistema funciona como un robot que controla y optimiza la instalación para obtener el mayor ahorro energético posible”.

Sin duda uno de los aspectos más evidentes de este diseño basado en el ahorro es el tratamiento que se da a las aguas empleadas para el riego de las zonas ajardinadas. El compromiso del centro es no utilizar agua de consumo para este fin. Por ello, toda la jardinería que rodea el edificio, unos 55.000 m², son regados con agua de rechazo generada durante el proceso de osmosis inversa al que se somete el agua para uso sanitario, y con la obtenida de los procesos de humidificación del aire.

“Nosotros recogemos este agua y la llevamos a los dos aljibes que hemos construido en los extremos del edificio”, explica Eduardo Merello, el arquitecto de EACSN que ha diseñado el hospital. En estos aljibes se recoge también el agua procedente de la evacuación pluvial. Además, todo el recinto se ha poblado de vegetación que no consume excesiva agua y se ha instalado riego por goteo.

Iluminación natural
Una de las señas de identidad de Hospital de Manises es la luminosidad de todas las áreas, zonas de trabajo y espacios comunes, esta característica no es casual ni tiene que ver sólo con el diseño. “Se ha potenciado la iluminación natural en las salas de espera, en el hall principal y en los pasillos quirúrgicos instalando luminarias dotadas con sensores que detectan la luz existente y prescinden de la iluminación artificial cuando la natural es suficiente”. Esto permite una gestión más óptima de aquellos espacios donde es más difícil que el personal se haga cargo de la iluminación.

También, se han instalado encendidos mediante sensores de presencia, temporizadores y regulación de iluminación por escalones de encendido según sea de día o de noche.

Sistemas de refrigeración inteligentes
Una de las medidas más destacadas en lo que respecta al tratamiento del aire es la instalación del sistema freecooling. “Obtenemos un enfriamiento gratuito siempre que las condiciones de aire exterior lo permitan”, explican los arquitectos. El dispositivo funciona a través de unos sensores que averiguan a qué temperatura está el exterior y en función de las necesidades de frío o calor, recogen aire de fuera y hacen un aporte de aire fresco o caliente del exterior sin necesidad de poner en marcha el sistema convencional con el consiguiente ahorro energético.

Además, el edificio se ha diseñado buscando la orientación idónea para evitar el calentamiento en las habitaciones, y la fachada favorece un mejor comportamiento térmico gracias al uso de la cerámica. Los materiales de construcción son también uno de los factores elegidos para potenciar el ahorro, no sólo por sus características intrínsecas, sino también porque se trata de materiales autóctonos con lo que se ha conseguido disminuir el coste energético en transporte.

Parque solar
Entre el equipamiento del centro destaca el gran parque solar instalado en la azotea del centro sanitario, prescrito por la normativa legal pero de dimensiones impactantes dado el tamaño del edificio. En total Casi 300 m² están destinados a colectores solares planos para la producción del agua caliente sanitaria, una dotación que permite generar aproximadamente 12.000 litros de agua caliente al día para el autoconsumo. Además, otros 250 paneles son captadores solares fotovoltaicos, capaces de generar 40.000Wp de energía eléctrica, lo que supone un 5% del consumo actual.

Otros datos destacados del equipamiento del hospital son el sistema de ventilación natural del parking, los sistemas de recuperación de energía del aire de extracción para evitar la contaminación cruzada y recuperar energía, sensores para conseguir el máximo ahorro de bombeo de agua fría y caliente para la refrigeración y la calefacción, sistemas de distribución de aire por caudal variable para asegurar un menor consumo energético, calderas de alto rendimiento y eficacia para la producción de calor y grupos enfriadores de alta eficiencia.

Además, el edificio se ha equipado para conseguir varios días de autonomía en el consumo de agua y en la producción de energía eléctrica con la que hacer frente a posibles emergencias.