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El Ayuntamiento otorgará el Premio a toda una vida dedicada al deporte al manisero Antonio Folgado, El Tigre de Manises

El Ayuntamiento otorgará el Premio a toda una vida dedicada al deporte al manisero Antonio Folgado, El Tigre de Manises
  • Un boxeador al que nadie arrebató en el cuadrilátero el título de Campeón de España

  • El Consistorio otorgará el reconocimiento, a título póstumo, en la Gala del Deporte que tendrá lugar el 1 de julio

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El Ayuntamiento otorgará el Premio a toda una vida dedicada al deporte al manisero Antonio Folgado, El Tigre de Manises - (foto 2)
El Ayuntamiento otorgará el Premio a toda una vida dedicada al deporte al manisero Antonio Folgado, El Tigre de Manises - (foto 3)
Nadie logró arrebatar en el ring, que es donde se ganan o se pierden los combates, el título de Campeón de España de los pesos semipesados a El Tigre de Manises. El manisero Antonio Folgado fue un hombre excepcional. Todos cuantos le conocen así lo afirman. Con una fuerza sobrenatural, y unas innatas cualidades para el boxeo, Folgado compitió con boxeadores de talla mundial y siempre dejó muestras de su grandeza y potencia.

El Ayuntamiento de Manises, y su Fundación Municipal de Deportes, no quieren que permanezca en el olvido su figura y el próximo 1 de julio, en la gala del Deporte, el alcalde de Manises, Enrique Crespo, y el edil de Deportes, José Bustamante, le otorgarán a Folgado, a título póstumo, el Premio a toda una vida dedicada al deporte.

Folgado nació un 23 de agosto de 1923 y comenzó a boxear a los 14 años de edad. Hijo de Batiste Folgado y Antonia Alemany, Antonio pasó toda su vida en Manises "y tan manisero se sentía que siempre llevaba el nombre de su ciudad en boca, allá donde competía", afirma su hijo, el también ex - boxeador Antonio Folgado.

Nunca nadie logró arrebatar a Folgado en el cuadrilátero el título de Campeón de España. El Tigre de Manises peleó contra boxeadores de talla mundial y el peso pesado Paulino Uzcudun, todo un catedrático en la materia, llegó a decir de él que era "el boxeador que más condiciones físicas reunía para ser Campeón del Mundo". Uzcudun también afirmó al respecto que, entre las virtudes de Folgado, se encontraban "su gran vocación, sus condiciones físicas extraordinarias y su vigor inagotable".

"Mi padre parece ser que nació para eso. Ya desde niño sus cualidades fueron excepcionales. En el río, a su paso por Manises, en la Escala Tercera que le llamaban, un tramo muy difícil y muy peligroso, con tres y cuatro años se zambullía y sacaba un pez en cada mano y otro en la boca. Siempre ha sido muy valiente y no ha tenido miedo a nada", afirma su hijo, quien reconoce que "parece ser que desde que vio un combate en el cine, de niño, entre Max Baer y Primo Carnera, le entró la fiebre del boxeo y con 14 años ya boxeaba". El primer combate que Folgado hizo de amateur fue en Sueca, a la edad de 15 años.

Acabada su etapa como púgil, Folgado recorrió media España haciendo exhibiciones de fuerza bajo el nombre de El hombre de hierro. "Hizo verdaderas barbaridades. A mi padre le enganchaban un caballo a cada brazo y los caballos tirando no lograban mover a mi padre. Doblaba barras de hierro, con la boca arrastraba un camión, le pasaban coches por encima... tenía una fuerza increíble. Una vez, en lucha libre, a un asalto, hasta le rompió tres dientes a un toro de 300 kilos que, de no ser así, podía haber acabado con su vida. Un incidente que luego le obligó a salir al ring, dos días después, en muy deplorables condiciones físicas". Este suceso le ocurrió a Folgado hallándose en el municipio de Montserrat donde, con motivo de las fiestas, corrieron unos toros en una improvisada plaza de madera. Folgado se hallaba en el ruedo cuando el toro fue hacia él. Quiso refugiarse en un burladero y, cuando comprobó que estaba lleno, el toro ya lo tenía a muy pocos pasos de él, soplando enfurecido. Para evitar la perforación del vientre con una cornada segura, Folgado agarró al toro de los dos cuernos, sacando todas sus fuerzas, y tras una lucha descomunal, pudo dominar al morlaco

En el ámbito personal, Folgado se casó con una mujer de Mislata, Josefa, con quien tuvo 10 hijos. "Mi padre ha vivido momentos muy duros pero nunca ha tirado la toalla ni ha renunciado. Nunca olvidaré un combate, media hora después de enterrar a un hijo y aún así salió a pelear porque el combate, contra Arceniaga, era a beneficio del Hospital Provincial y ante eso, con un gesto digno y hermoso, no quiso renunciar. Le dieron tal paliza que la gente estaba descolocada, porque no estaba acostumbrada a ver a Folgado no presentar batalla, más bien al contrario. Él no quiso decir nada, pero por megafonía tuvieron que explicar las circunstancias en que salía al ring mi padre y eso aún dejó al público más desconcertado". Y es que otra virtuosa cualidad que Folgado tuvo fue la filantropía.

Folgado boxeó hasta la treintena. Y también hizo incursiones en el cine, o colaboraciones en causas benéficas junto a los actores Fernando Fernán Gómez, Pepe Nieto, Freire de Andrade o Fabián del Valle. Por ejemplo Folgado tuvo un papel en la película Tintín y Las Naranjas Azules.

El propio Folgado, en la biografía suya que se publicó con el título "Aventuras y desventuras de Folgado El Tigre de Manises. Su vida en España, América y Alemania", reconoce que el triunfo que mayor satisfacción le produjo fue "con el que conquisté el título de campeón de España, en Valencia, y que arrebaté al veterano Ignacio Ara; pero el más significativo fue el que obtuve en Berlín, Alemania, cuando fui a los campeonatos de amateurs, en que después de caer siete veces sobre la lona a lo largo del combate, aún tiré patas arriba a mi duro contrincante, llamado Clof, campeón de los semipesados, uno de los mejores boxeadores del equipo alemán".

Y es que el de Manises, con sus característicos recursos, y su facilidad para el K.O., constituyó uno de los más firmes puntales del auge del boxeo en Valencia. Folgado siempre ha recordado el combate contra Asensio, en Valencia, que sólo duró medio minuto arrollándolo por K.O; o el combate contra Charles Pellicer, que mediante un golpe raro le puso un testículo en el vientre y el médico no se lo encontraba, o el que disputó contra el portugués Figuereido, que de un golpe en el último asalto le despojó del pantalón.

Las anécdotas divertidas tampoco han faltado en la trayectoria de Folgado, quien reconoció en alguna ocasión haberse comido hasta ocho pollos. "Gané una de las mejores apuestas de mi vida. Nos reunimos un grupo de amigos. Y me hirieron el amor propio. Tanto que los vencí fácilmente. ¡Quién no se come ocho pollos! Ándele, mozo, traiga ocho pollos para acá. Y así, uno a uno, hasta que me comí los ocho. Fritos. ¡Y qué sabrosos estaban!".

Folgado formó parte del trío que, bajo la denominación Los tres mosqueteros, tantas tardes inolvidables dieron a la afición valenciana y de gloria al boxeo español: Beltrán, Folgado y Zaragozá.

Un auténtico vendaval, un verdadero tigre, un púgil todo corazón que desapareció en 1994 no sin haber dejado huella imborrable en la historia de Manises.

 

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