Apoteósico final de fiesta en Godella

Tras el pasacalles de la banda del Casino Musical que tuvo lugar a mediodía y la guerra de colonia del ‘sobretaules’ en la que, con pistolas de agua, los clavarios del Sebastianet, el Rosario y El Salvador perfumaron a cuantos vecinos encontraron a su paso, llegó la mascletà de Ricardo Caballer. Cada cohete recordaba a aquellos que afrontaban el estruendo, que las fiestas tocaban a su fin.

El pueblo entero se engalanó, los propios vecinos regaron sus calles, se vistieron y arreglaron para, tras la misa, recibir la procesión en honor a Sant Bertoméu, patrón de Godella, con la participación de todas las clavarías del municipio. Las imágenes de la Virgen del Rosario, de San Sebastián, de El Salvador, el Sebastianet y Sant Bertoméu salieron a la calle escoltadas por cientos de vecinos, clavarios y por concejales del PP, del Bloc y del PSOE, con el alcalde, Salvador Soler, cerrando la comitiva.

Por la noche, se celebró un ‘minidiscomóvil para peques’ antes de que la Pirotecnia Caballer cerrara las fiestas de 2010 con un espectacular castillo de fuegos artificiales, de cerca de quince minutos, con un final apoteósico.

“Hemos tenido las fiestas más originales de la Comarca –comentó Salvador Soler, alcalde de Godella-, sin olvidar las tradiciones, hemos aportado ideas nuevas como las ‘pequefestas’ que han tenido una respuesta excelente, con acampadas en la huerta, la creación de ‘fanalets’ con sandías, pintura de abanicos,… o la Boda entre Fortunato y Gétula, nuestros enamorados godellenses, en una velada, no lo olvidemos, que corrió a cargo del Casino Musical, que se volcó con la batucada, con la picadeta, con la amenización de la noche con su extraordinaria banda y los dj’s…”

“Este pueblo es extremadamente agradecido y sabe valorar las propuestas diferentes –afirmó Miguel Gago, concejal de Cultura y Fiestas-, más de 600 personas acudieron a escuchar poesía al Capitolio con lo que se triplicó la respuesta del año pasado, más de 1.500 vinieron a la fiesta de ‘Dait i Baix’ a ver casar a Fortunato y Gétula e hicimos el pasacalles de Moros y Cristianos más multitudinario de nuestra historia cuando hace dos años era una celebración que parecía condenada a la desaparición”. “La verdad –añadió Gago- es reconfortante trabajar para tu pueblo y que éste responda a unas iniciativas hechas con el corazón y mucho esfuerzo de técnicos, concejales, asociaciones, clavarías y vecinos en general”.