Cientos de personas abarrotan la colegiata en la misa de acción de gracias por la beatificación ayer de tres religiosas mártires
Centenares de personas han abarrotado hoy la colegiata de Santa María, de Gandia, en la misa de acción de gracias por la beatificación ayer de tres religiosas de la congregación de San José de Gerona, Fidela Oller Angelats, Josefa Monrabal Montaner y Facunda Margenat Roura, martirizadas en la persecución religiosa de 1936, las dos primeras en la propia Gandia y la tercera en Barcelona.
La celebración ha sido presidida por el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Esteban Escudero, con quien han concelebrado los obispos eméritos de Lleida y Mondoñédo-Ferrol, monseñores Joan Piris y José Gea Escolano, ambos valencianos, y el obispo de la diócesis argentina de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera.
Una treintena de sacerdotes han concelebrado en la eucaristía, que se ha celebrado en la iglesia colegial, bajo un retrato en grandes dimensiones de las tres religiosas beatificadas colocado sobre la bóveda del altar mayor.
En la eucaristía han participado también decenas de religiosas de la congregación de San José de Gerona, que, al igual que otros muchos fieles, acudieron ayer, sábado, a la beatificación de las tres religiosas que presidió el cardenal Angelo Amato, prefecto de la congregación para las Causas de los Santos, en la catedral de Girona, desde donde se desplazaron en autobuses hasta Gandia.
También han participado representantes de las instituciones de la Ciudad Ducal.
“Heroínas de la fe, pero también de la esperanza y de la caridad”
En su homilía, monseñor Escudero, que ha presidido la misa en representación del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha descrito a las tres religiosas beatificadas como “tres heroínas de la fe, pero también de la esperanza -virtud que tanto falta hoy-, y de la caridad, porque murieron dedicándose a los más necesitados” y ha recordado cómo cada una de ellas “vivió ejemplarmente su vida religiosa y, en el momento de la persecución, murió mártir por Jesucristo, después de perdonar a sus verdugos y nunca pedir venganza”.
A partir del “excepcional testimonio de fe” de las tres religiosas, el prelado ha invitado a todos a “aprender la lección que hoy nos dan para nuestras vidas, saber vivir la fe en un ambiente hostil, de persecución abierta o solapada, como la que hoy se produce en tantos lugares, y a no renunciar a dar testimonio de Jesucristo, y ser también héroes de la fe, la esperanza y la caridad”.
Las tres mártires
Fidela Oller, oriunda de Bañolas (Gerona), era superiora de la comunidad de Gandía de las religiosas San José de Gerona, a la que pertenecía también Josefa Monrabal, natural de la propia ciudad gandiense. Ambas fueron asesinadas el 29 de agosto de 1936 en el lugar conocido como “La Pedrera” de Gandía, junto a la carretera que enlaza con la localidad de Xeresa. La tercera religiosa beatificada, Facunda Margenat, nació en Gerona y fue asesinada en Barcelona a finales de agosto de 1936.
La delegación para las Causas de los Santos de la diócesis de Valencia instruyó el proceso canónico de estas tres religiosas desde 2001 a 2003.
La congregación de religiosas de “San José de Gerona” fue fundada en 1870 por María Gay Tibau, natural de Llagostera (Gerona), y en proceso de canonización. Las religiosas realizan su labor “en los ámbitos de la salud, la educación y la asistencia geriátrica, llevando a cabo una labor de acompañamiento en la enfermedad, la vejez y la marginalidad”, según han informado a la agencia AVAN fuentes de la congregación.
En la actualidad el Instituto está presente en Europa, América Latina y África, en un total de 54 comunidades formadas por más de 400 religiosas que se dedican fundamentalmente a la atención de centros hospitalarios y al cuidado de ancianos en países como Colombia, Venezuela, Argentina, México, Perú, Rwanda, Congo, Camerún, Guinea Ecuatorial, Italia, Francia y España.
En la diócesis de Valencia, la congregación de San José de Gerona cuenta con dos comunidades, en Gandia y en Burjassot.
