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Desarticulada una organización criminal asentada en Gandía dedicada a la explotación sexual

    Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal asentada en Gandía, cuyas víctimas eran obligadas a ejercer la prostitución en casas de citas. Para llevar a cabo esta actividad, al parecer, captaban a mujeres en su país natal, Nicaragua, con falsas promesas de trabajo en España.

    Las investigaciones se iniciaron a principios de mes en Gandía y finalizaron la pasada semana con la desarticulación de la estructura de una organización delictiva internacional asentada en Gandía dedicada al tráfico de mujeres nicaragüense.

    Agentes de la UCRIF de Valencia y Gandía detuvieron a un hombre y dos mujeres, de entre 25 y 36 años, de origen chino y nicaragüense, como presuntos autores de los delitos de pertenencia a organización criminal, trata de seres humanos para su explotación sexual, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, favorecimiento de la inmigración ilegal y detención ilegal.

    Modus Operandi
    La base de la organización estaba en Nicaragua, formada por amigos y familiares de los cabecillas asentados en España, donde captaban a mujeres jóvenes con falsas promesas de trabajo, bienestar y beneficios económicos para ellas y para sus familias. Una vez captadas, les amenazaban a ellas y sus familiares. En las falsas promesas de trabajo les prometían unas ganancías de 2.000 euros como empleadas del hogar, cajeras de supermercado o trabajos similares.

    Una de las ahora detenidas al parecer comenzó en la organización como "captadora" de mujeres en Nicaragua, posteriormente se desplazó hasta Gandía donde continuó su trabajo controlando a las mujeres que trabajaban para la organización.

    El viaje que realizaban hasta nuestro país era controlado totalmente por el "traficante", éste las acompañaba desde Nicaragua hasta nuestro país vía aérea haciendo varias escalas en el que el supuesto traficante controlaba todos sus movimientos y les facilitaba una cantidad de dinero entre 300 y 600 euros, un billete de vuelta una semana después de la fecha de entrada en España y una reserva de hotel, todo esto para parecer que disponían de los medios necesarios para viajar como turistas.

    Una vez en España, los cabecillas de la organización trasladaban a sus víctimas a pisos de acogida en Gandía o incluso a su propio domicilio para esconderlas. Es en este momento cuando se les retiraba la documentación y les informaban de que su trabajo en España consistía en ejercer la prostitución en casas de citas durante las 24 horas así como que debían trabajar hasta saldar la "deuda impuesta" de su viaje, que ascendía a unos 3.000 euros por persona y viaje. A partir de entonces solo salían a la calle acompañadas por algún miembro de la organización.

    Los detenidos, el hombre con antecedentes policiales, pasaron a disposición judicial.

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