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Los socialistas desmienten que el centro deportivo Roís de Corella fuese deficitario y acusan al PP de crear el problema para después solucionarlo

    El Grupo Municipal Socialista ha denunciado que el PP ha vuelto a utilizar la misma táctica que con la empresa Talher para el Centro Deportivo Roís de Corella: crear un problema donde no había para después solucionarlo. Y es que la regidora socialista Liduvina Gil ha desmentido, una vez más, que el centro fuera deficitario antes de la llegada del PP al gobierno.

    La anterior responsable en materia de Deportes ha recordado que hace cinco meses, cuando el gobierno era socialista, el centro contaba con cerca de mil usuarios inscritos. Una cifra que bajó escandalosamente con la entrada del PP al gobierno. La explicación de la espantada de clientes se debe, según Gil “al abandono que el gobierno hizo del centro, degradándolo hasta dejarlo con a penas 200 usuarios”.

    El centro, con aquellas cifras de usuarios, tenía una economía equilibrada que el PP se encargó de convertir en deficitaria abandonándolo, tal y como muchos usuarios denunciaron.

    Gil ha insistido en que, contrariamente a lo que dice el portavoz del gobierno, Víctor Soler, sí que se despidieron a los trabajadores y monitores del centro, “pero como de costumbre, se esconden detrás de una finalización de contrato”. Pero la situación es que de la noche por la mañana, la gente vio como sus monitores eras sustituidos por otros y se fueron a un centro privado próximo donde, casualmente, fueron a parar muchos monitores de Roís de Corella.

    Para Gil, como ya ha dicho en otras ocasiones, la intención del PP era clara: “ir ahogando poco a poco al centro hasta poder excusar su privatización o su cierre”, una actitud que para los socialistas responde “a la voluntad de Torró de contentar a los gimnasios privados que hicieron campaña electoral con él”. De hecho, un periódico local publicó hace poco la intención de Torró de eliminar también el gimnasio que hay proyectado en el edificio de Simancas, para seguir con su política de favorecer a los centros privados.

    Gil ha lamentado que el gobierno haya presionado a la nueva empresa para que sus actividades sólo puedan incluir un 60% de programación de fitness, eliminando así capacidad de competencia con otros gimnasios “porque se reducen actividades y horarios”. Y lo cubren con actividades para personas con enfermedades “que ya se realizaban allí y en otros centros públicos y privados”. De hecho, ya hay usuarios que han hecho llegar al GMS su malestar ante la reducción de horarios en actividades.

    Por todo esto, los socialistas critican que el PP “degradara un centro que fue modélico desde el mismo día de su inauguración y un éxito de usuarios y participación”, y que dejan en herencia a la empresa que entra un centro vacío y con menos capacidad de competencia.

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