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Las obras en Ronda de la Muralla saca a la luz un horreum del siglo I y tres tumbas romanas del siglo II D. C.

Las obras en Ronda de la Muralla saca a la luz  un horreum del siglo I y tres tumbas romanas del siglo II D. C.
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    Las obras en Ronda de la Muralla saca a la luz  un horreum del siglo I y tres tumbas romanas del siglo II D. C. - (foto 2)
    Las recientes excavaciones arqueológicas desarrolladas en los tres últimos meses en el ámbito de la Ronda de las Murallas de Dénia han dado con la exhumación parcial de los vestigios de un gran edificio, construido en el segundo cuarto del siglo I d. C [Claudio-Nerón]. Su tipología constata su interpretación como horreum; éste alojaría diversas actividades industriales, si bien su uso habitual es de almacén de mercancías, cuya actividad estaría ligada a la del portus de Dianium, según apunta el informe de Arqueología del Ayuntamiento.

    Las catas que se realizan de manera paralela a un proceso de reposición de la red de saneamiento y de reurbanización del vial, han sacado a la luz nuevas aportaciones para la topografía histórica de la ciudad en el siglo I d. C. El director del Museo y jefe del Servicio Municipal de ARqueología Josep Antoni Gisbert explica que del edificio se conservan sus cimientos. Está construido, bien con un buen aparejo de mampostería, opus incertum, reforzado con sillares de piedra arenisca local en las jambas de las oberturas (puerta de acceso, etc.), bien con sillares reutilizados procedentes de otras construcciones anteriores.

    La fachada presenta dos singularidades que documentan la lucha contra el medio marino, entonces circundante: la esquina o ángulo del edificio, con ligero talud, así como la construcción de un antemuro paralelo a la fachada como elemento protector. La anchura de la fachada que conocemos del edificio es de 12’20 metros.

    En los niveles de cimentación y de abandono del edificio se han hallado un buen conjunto de materiales arqueológicos, en su mayoría muy fragmentarios. Destacan las cerámicas finas: terra sigillata gálica, paredes finas de origen bético, monedas (destaca un as de Domiciano), o un fragmento de hoja de hiedra de bronce, perteneciente a una lucerna metálica, con sigillum: cartela y nombre del orfebre.

    El primer objetivo era conocer la estratigrafía arqueológica en estos terrenos colindantes con el área de afección de la muralla. La construcción de este sistema de fortificación conllevó el hallazgo de importantes inscripciones romanas, bien documentadas por manuscritos del siglo XVI. Los textos epigráficos y la tipología de los bloques y placas exhumadas las vinculaban al Forum de Dianium. Era, por tanto, una ocasión excelente para sondear y conocer los rasgos de estos terrenos adyacentes al lugar secular de estos hallazgos y al perímetro del área arqueológica de la ciudad romana.

    El otro objetivo primordial era la detección de estructuras de época romana que permitieran avanzar en el conocimiento de la topografía de Dianium, municipio creado en tiempos de Augusto/Tiberio. Del conjunto urbano, arqueológicamente, se conocen algunos sectores, pero aún no se ha podido delimitar con precisión su perímetro por el oeste y suroeste.

    Tras el abandono de la actividad del horreum, al parecer destruido por causas naturales (una potente transgresión marina), el interior de los muros del edificio se usa como espacio funerario. Se han excavado tres sepulturas en fosa, con el inhumado en posición de decúbito supino y con cubierta de tegulae a doble vertiente. Estas tumbas se encuadran cronológicamente en el siglo II d. C.

    La mención del cese de la actividad del horreum, o el derrumbe del edificio por causas naturales no es, en absoluto, baladí. Conecta con los datos que ofrecen otras excavaciones arqueológicas practicadas en Dianium y, al parecer, sugieren y proponen el que, en la última década del siglo I d. C., se da una importante transgresión marina. El mar gana terreno y arrasa algunos de los edificios más cercanos al ámbito litoral o marino. Ello significa un cambio en el espacio urbanizado de la ciudad clásica.

    A tenor de los resultados de estos hallazgos, ya manifiestos en algunos artículos de temática geoarqueológica, hay que imaginar los contornos de la ciudad prácticamente rodeados por playas de arenas, que la separan directamente del mar y de zonas lacustres y ciénagas, a excepción del segmento en que conecta con la ladera septentrional del promontorio del castillo.

    El trazado de la vía de comunicación de origen romano que se descubrió recientemente en las inmediaciones, fundamentada en arenas de playa y cieno, tal como el edificio que ahora presentamos, indica que Dianium fue una ciudad que, ante la excepcional potencialidad de su puerto, emergió entre y sobre cienos y playas no consolidadas y lacustres. Los cimientos del horreum, al desnudo, sobre la playa de arena, son bien ilustrativos de este rasgo peculiar de la arqueología de la Dénia romana.

    Desde el Ayuntamiento, se ha querido agradecer a la empresa adjudicataria de la obra, BECSA, así como a los técnicos municipales que dirigen la ejecución de la misma, las facilidades y la adopción de soluciones que han permitido el desarrollo simultáneo de las intervenciones arqueológicas a su ejecución. Esta intervención ha contado con la dirección técnica de Josep Marqués Costa, arqueólogo y con la supervisión del Servei Municipal d’Arqueologia de Dénia.

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