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La Pedrera imparte talleres de actualización en el manejo del paciente con Daño Cerebral

La Pedrera imparte talleres de actualización en el manejo del paciente con Daño Cerebral

    El Hospital La Pedrera está llevando a cabo una serie de talleres de formación teórico-práctica destinados a la actualización de conocimientos de los profesionales del centro que manejan al paciente con Daño Cerebral Adquirido.

    En concreto, se trata de talleres sobre movilizaciones correctas de estos pacientes, reeducación para la realización de Actividades de la Vida Diaria (AVDs) y Disfagia (dificultad para deglutir), dirigidos fundamentalmente al personal de Enfermería, Técnicos en Cuidados de Enfermería (Auxiliares de Enfermería) y Celadores, todos ellos profesionales que manejan al paciente hospitalizado en planta.

    El taller sobre las técnicas para realizar movilizaciones correctas de los pacientes con Daño Cerebral Adquirido, organizado por la Unidad de Rehabilitación e impartido por el equipo de 5 fisioterapeutas del propio centro, tiene como objetivo mejorar las condiciones de trabajo, disminuyendo la carga biomecánica, así como implementar una mejora de la calidad asistencial.

    La fisioterapeuta Ángela Franco, coordinadora de este taller, explica que se trata de “mostrar los movimientos que deben realizarse correctamente en el cambio postural del paciente en la cama (de decúbito supino a decúbito lateral) o en las transferencias de la cama a la silla o de la silla a la cama, para así no forzar el brazo hemipléjico del paciente –contando también con su colaboración- y no forzar tampoco la columna del profesional”.

    Por su parte, el taller sobre reeducación para Actividades de la Vida Diaria (AVDs), impartido por las terapeutas ocupacionales del hospital, Alicia Garrote y Patricia Pozo, persigue el objetivo de que el personal asistencial se forme en los fundamentos de esta disciplina, basada en fomentar la autonomía y mejorar las alteraciones cognitivas y motoras de los pacientes.

    La terapeuta ocupacional Alicia Garrote señala que la labor de la Terapia Ocupacional es “establecer las pautas de ayuda que deben seguirse en cada paciente para la reeducación de sus AVDs, tras la valoración del tipo de alteración motora, realizada por el Servicio de Rehabilitación, y del tipo de alteración cognitiva, que realizan los profesionales de Neuropsicología”.

    Como ejemplo de alteración cognitiva, se encuentra el paciente con Apraxia (patología caracterizada por la dificultad o imposibilidad de desarrollar acciones voluntarias, a pesar de no existir motivos físicos que lo justifiquen) o con Afasia de comprensión (no comprende el lenguaje verbal), al que “se le debe indicar la realización de una actividad a través de gestos, más que mediante orden verbal”.

    Otro ejemplo de alteración cognitiva es el del paciente con Síndrome Disejecutivo, que puede presentar dificultad para iniciar, secuenciar y/o finalizar una actividad o dificultad para resolver problemas o para detectar fallos durante la realización de la tarea. “En estos casos, deben transmitirse órdenes verbales simples para ayudarles en la secuenciación de la actividad, pues omiten pasos, como no mojarse y pasar a enjabonarse directamente en la ducha, etc.”, apunta Alicia Garrote.

    La terapeuta ocupacional manifiesta también que en este taller se incide más en las pautas de actuación ante una alteración a nivel cognitivo, “pues es más difícil detectar esa alteración y el tipo de ayuda que la que carácter motor”.

    Taller de Disfagia

    En el marco de este mismo plan de talleres específicos de formación a profesionales, se ha desarrollado un Taller sobre Disfagia, impartido por Ana Hernández, responsable de la Unidad de Nutrición y Disfagia del hospital, junto con Araceli Belda, logopeda del centro, con el objetivo de actualizar conocimientos y mejorar las maniobras y técnicas de los pacientes con disfagia.

    La nutricionista señala que en el taller se habla de la importancia de establecer qué volumen o cantidad de líquido puede el paciente deglutir –bajo (5 ml), medio (10 ml) o alto (20 ml)-, así como de buscar en cada caso la textura del líquido (espesor adecuado para que el paciente no tenga problemas de deglución): agua, néctar, miel y pudding.

    La función de la nutricionista es, por tanto, determinar el volumen y la textura de líquidos y alimentos. Y a Logopedia corresponde mostrar a los profesionales asistenciales el trabajo en las maniobras deglutorias.

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