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El hospital de Dénia se queda fuera del tratamiento de ictus

    La atención sanitaria a los pacientes con ictus cerebrales en la Marina Alta sigue al margen de los protocolos de actuación que se aplican en los hospitales públicos. Es la triste realidad de los pacientes que sufren este tipo de accidente cerebral en la comarca, que son tratados como pacientes de segunda categoría en comparación con los del resto del territorio valenciano. Ya hace tiempo que los sindicatos o la Plataforma per la Defensa de la Sanitat Pública de la Marina Alta vienen denunciando la negativa de la concesionaria de la sanidad comarcal, Marina Salud, a acogerse al protocolo que rige para los hospitales de la Comunitat Valenciana, el llamado Código Ictus. Y ahora, la Generalitat Valenciana amplía esa red de respuesta ante los ictus y el hospital ubicado en la partida de Beniadlà en la Xara se queda también al margen. El programa incluye un sistema de videoconferencia denominado "tele-ictus" que se aplica ya en buena parte de los hospitales de la red pública.

    El hospital de Dénia gestionado por Marina Salud

    Según explicó el conseller de Sanidad, Manuel Llombart, en un comunicado, la conselleria ha ampliado su red de atención urgente al ictus en la Comunitat gracias a la instalación de 12 nuevo equipos de telemedicina, los llamados tele-ictus, que facilitan la conexión directa desde los hospitales comarcales con profesionales especialistas en neurología de las unidades de ictus de referencia.

    En el caso de las comarcas alicantinas, el hospital de referencia que cuenta con los medios humanos y materiales más adecuados para el tratamiento del ictus es el hospital de Sant Joan, al que según el Código Ictus deben derivar los hospitales comarcales a estos pacientes. Sin embargo, el hospital de la Marina Alta sigue sin hacerlo, lo que, según la Plataforma per la Defensa de la Sanitat Pública de la Marina Alta, sólo responde a una cuestión económica.

    En este sentido, con este asunto estaría pasando lo mismo que con los enfermos que Marina Salud se niega a enviar a La Pedrera. Por cada paciente remitido a un centro de gestión pública, la concesionaria de la sanidad comarcal tiene que pagarle a la conselleria.

    El llamado tele-ictus permite, según el conseller, “agilizar, mejorar y completar la toma de decisiones médicas a la hora de atender a un paciente con ictus, ya que varios profesionales estarán interconectados para evaluar el diagnóstico y posterior tratamiento”.

    El protocolo de actuación consiste en la activación de un “código ictus” desde el hospital comarcal al que llega el paciente. Acto seguido, desde el centro se alerta a la guardia de tele-ictus en la Unidad de referencia correspondiente de la existencia de un paciente con dicho trastorno.

    Gracias al sistema tele-ictus se establece una videoconferencia entre los profesionales implicados: médico de urgencia o UCI del centro comarcal y neurólogo de la unidad de referencia; se realizan las pruebas diagnósticas, evaluación por parte del neurólogo y toma de decisión médica, para tratar y derivar al hospital de referencia o tratar e ingresar en el hospital comarcal, en función del diagnóstico.
    Los beneficios del tele-ictus

    Este modelo, señala la conselleria, evidencia los beneficios de disponer de una evaluación experta y un tratamiento específico en la ventana temporal recomendada para el tratamiento del Ictus, especialmente en las poblaciones lejanas a la Unidad de Ictus. “Reducir el tiempo de atención al paciente de 180 a 90 minutos multiplica por dos las probabilidades de una evolución satisfactoria del paciente, y la posibilidad de que presente secuelas es mucho más baja”, según explicó el doctor José Ignacio Tembl, neurólogo de la Unidad de Ictus del Hospital La Fe de Valencia.

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