Cullera enseña a hacer la compra a un centenar de familias en riesgo de exclusión

Cómo hacer la compra cuando se tienen pocos recursos económicos y además que los productos adquiridos contribuyan a una alimentación sana. Los Servicios Sociales de Cullera han puesto en marcha un programa de reeducación de familias en riesgo de exclusión social a través del cual se enseña a los participantes a no gastar más dinero del necesario en la cesta de la compra y además a llevar una vida saludable.

La iniciativa del departamento que dirige Francesca Ortiz forma parte de la estrategia municipal de lucha contra la desigualdad. Además de incrementar los recursos destinados a garantizar las necesidades más básicas de los colectivos vulnerables de la sociedad y de haber eliminado prácticas del pasado que suponían una denigración de estas personas —como por ejemplo las colas para obtener comida en Servicios Sociales—, el consistorio se centra ahora también en el fomento de acciones para ayudar a llevar un estilo de vida óptimo.

«Nos encontramos con muchas familias en riesgo de exclusión que ni siquiera saben hacer la compra. Por eso nos hemos planteado la necesidad de que los trabajadores sociales y la educadora social les ayuden en esa tarea para evitar que gasten los pocos recursos que tienen en alimentos que no son saludables y además resultan más caros», comenta Ortiz.

De este modo, semanalmente cuatro trabajadores sociales del ayuntamiento visitan los domicilios de las alrededor de 100 familias que participan en el programa, les acompañan a hacer la compra al mercado municipal y a la tienda de comestibles adherida y les recomiendan qué productos adquirir y cómo cocinarlos para llevar una dieta sana y equilibrada.

«Muchos optaban por los preparados, pero esto aunque es más cómodo porque llevan menos tiempo a la hora de cocinarlos, al final sale más caro y no son buenos para la salud», indica la concejala. Ahora, se priorizan los productos naturales como verduras o legumbres o la compra de la carne o el pescado frescos directamente en la carnicería o la pescadería.

El programa se ha podido poner en marcha gracias al incremento de la plantilla de Servicios Sociales. «Además de más recursos económicos, tenemos más recursos humanos. Hemos reconstruido los Servicios Sociales de Cullera después de que fueran desmantelados por las políticas de la derecha y eso nos permite llegar a más gente y desarrollar estrategias integrales de lucha contra la desigualdad», argumenta.

Francesca Ortiz indica que a las familias participantes se les exige un compromiso de responsabilidad. «Es un derecho constitucional, pero no por ello debemos dejar de pedirles sentido común a la hora de utilizar los recursos públicos de los que son beneficiarios. El Ayuntamiento ha puesto a su disposición la Bolsa Social de Empleo, las ayudas contra la pobreza energética, los vales de comida y muchas otras prestaciones y a cambio ellos deben ser responsables y optimizarlas», subraya.

Satisfacción

Las familias participantes están mostrando su satisfacción en los primeros meses de aplicación del programa porque muchas de ellas carecían de nociones incluso para la higiene personal, materia en la que también se les asesora.

«Hay lugares en los que se vivía con absoluta normalidad en condiciones que son aceptables, incluso con menores de por medio. Poco a poco, se les está reeducando para llevar una vida mejor, que es otra de las funciones de los Servicios Sociales», concluye Ortiz.