El sector de la construcción remonta en Cullera tras años de profunda crisis
Cullera deja atrás el estancamiento en el sector del ladrillo arrastrado desde la crisis económica con una progresiva subida en las licencias de obra desde el año 2013. En solo cuatro años, el ayuntamiento de la localidad costera ha aumentado en este sentido un 125 % lo recaudado en las distintas construcciones de la ciudad.
En el año 2016, el Ayuntamiento de Cullera ingresó un total de 295.481 euros por estas licencias. En 2015 la cifra fue de 255.291 euros, mientras que en 2014 ascendió a 184.685. Estos números dibujan una clara línea ascendente que tiene su punto de partida en el año 2013, cuando el recaudo por este concepto tocó fondo con 110.001 euros.
En 2014 y 2015 se produjeron dos grandes saltos cuantitativos con subidas del 76,3 % y del 38,2 % respectivamente y mantuvo un ritmo creciente el año pasado con un 15,7 % más de recaudación.
En cuanto al número total de licencias de obra concedidas, las estadísticas se muestran en consonancia con las de la recaudación. Desde el año 2013, año en el que se concedieron 370 autorizaciones, se ha producido un gran incremento que pone de manifiesto la mejora del sector de la construcción. De este modo, las licencias alcanzaron su tope durante el período señalado el pasado año con 540 concesiones.
Datos prometedores
Asimismo, los datos del primer semestre de 2017 también reflejan una tendencia positiva con 144.030 euros ingresados y 331 licencias concedidas a falta de los resultados de la segunda mitad del año.
Estas cifras, suponen el mejor resultado del primer semestre en los últimos años. Sin ir más lejos, es un 26,9 % más de recaudación que el mismo periodo del año pasado.
«La tendencia es a la recuperación de un sector que muchos años ha estado castigado por la crisis económica. Esto redunda en beneficio de la creación de puestos de trabajo en este sector y también supone un pequeño alivio para las arcas municipales», señala el concejal de Urbanismo y Hacienda, Juan Vicente Armengot.
La pérdida de ingresos por licencias de obra había supuesto tras el estallido de la burbuja inmobiliaria una merma considerable para la ya de por sí renqueante economía municipal, que durante los años del boom generó un modelo económico excesivamente dependiente de estas aportaciones dinerarias a los presupuestos del consistorio.
Estos datos se complementan con la tendencia al alza de las ventas de viviendas que se viene experimentando en los dos últimos años en la capital turística de la Ribera, el municipio donde tradicionalmente se producen más transacciones inmobiliarias debido a la gran cantidad de segundas residencias con las que cuenta.
