Cullera da lustre al letrero de la montaña
El conocido letrero de la montaña de Cullera empieza a volver a tener lustre. La concejalía de Servicios Exteriores que dirige Salva Tortajada trabaja desde hace unas semanas para que la inscripción con el nombre de la ciudad gane visibilidad después de casi una década sin que se haya adecuado.
El alcalde de Cullera, Jordi Mayor, ha visitado esta mañana la zona acompañado de Tortajada para comprobar in situ el estado en el que se encuentran los trabajos.
La operación resulta harto complicada porque la superficie sobre la que están pintadas las letras cuenta con una pendiente pronunciada de alrededor del 40 %. Para ello, el consistorio ha tenido que recurrir a técnicos especialistas, quienes realizan las labores provistos de equipos de protección individual para salvaguardar su integridad física.
Tres fases
La primera fase de recuperación de las letras ha durado dos semanas y ha consistido en el desbroce de todo el perímetro. Además, se han eliminado las piedras que lo cubrían y con la ayuda de un compresor y mangueras de centenares de metros se ha retirado la suciedad y sacado a flote la piedra natural.
En la segunda fase, se ha procedido a aplicar tratamientos para evitar que las malas hierbas florezcan con facilidad y cubran la pendiente, ha detallado Tortajada.
Durante estos días se procede a llevar a cabo el tercer y último paso. Los técnicos han empezado ya a dar la primera de las dos capas de pintura. Para este procedimiento, se emplea pintura vial especial, más resistente a las inclemencias meteorológicas.
En este apartado se cuenta con la colaboración de la empresa local Pinturas Fraycar, que ha facilitado la pintura de forma gratuita, y a la cual el edil ha querido agradecer su ayuda.
Como un campo de fútbol
La superficie total sobre la que se trabaja es prácticamente la equivalente a un campo de fútbol, ya que cada letra mide 130 metros de alto por 40 de ancho. Si a esto se suma las dificultades orográficas del terreno, es posible hacerse una idea de lo dificultoso de los trabajos.
El alcalde, Jordi Mayor, ha querido destacar el hecho de uno de los iconos de la ciudad turística se esté rehabilitando «porque se trata de una de nuestras señas de identidad más conocidas y de las que los cullerenses nos sentimos más orgullosos».
El letrero de Cullera se emplaza sobre la Serra de les Raboses y forma ya parte del paisaje del municipio y es visible a decenas de kilómetros de distancia. El proyecto lo ideó en los años 60 el filántropo y escritor local, Enrique Torres, y es todo un símbolo del cambio socioeconómico vivido por el municipio en esa época, cuando pasó de ser una población eminentemente agraria a un destino turístico de primer orden.
