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Cullera aprueba la primera ordenanza de transparencia de su historia

Cullera aprueba la primera ordenanza de transparencia de su historia

    El último pleno del Ayuntamiento de Cullera aprobó la primera ordenanza de Transparencia y Buen Gobierno de la historia del municipio. La propuesta de la concejalía que gestiona Marc Joan salió adelante con los 19 votos favorables del gobierno municipal (PSPV-PSOE i Compromís) y de gran parte de la oposición. Solamente Gent per Cullera se abstuvo.

    Joan se ha mostrado «muy satisfecho» por el apoyo mayoritario, fruto de las negociaciones llevadas a cabo en los últimos meses entre gobierno y oposición para consensuar el texto final.

    La ordenanza en cuestión regula aspectos como por ejemplo el acceso a la información pública y las obligaciones del consistorio a la hora de hacer públicos aspectos referentes a la contratación, los convenios o las subvenciones. Además, garantiza la información relativa a los miembros de la Corporación o sobre la economía municipal, entre otros.

    A parte, la norma establece un código de buen gobierno que prohíbe, por ejemplo, que los representantes públicos puedan utilizar tarjetas de crédito o débito con cargo a las cuentas municipales, iniciativa que ya se ha aplicado durante todo este mandato.

    El seguimiento del cumplimiento del ordenanza se garantiza con la creación de una comisión de evaluación donde tendrán representación también los distintos grupos políticos.

    Autoexigencia

    Joan ha subrayado que el actual «es el primer gobierno de la historia de Cullera que adopta un compromiso firme con la transparencia y el acceso a la información de todos los ciudadanos y lo plasma en una ordenanza».

    Asimismo, considera que aporta un alto nivel de autoexigencia, «puesto que con valentía nos obligamos a un código de conducta exigente que evitará las malas prácticas de la política en el pasado».

    Finalmente, ha insistido en que «queremos dejar atrás los tiempos de opacidad y ocultismo cuando el ayuntamiento era un búnker del cual no salía información hacia los ciudadanos ni se daban explicaciones sobre la gestión y el uso del dinero público» porque, según defiende, «gestionar también es rendir cuentas».

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