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El Consorci de Museus lleva la conmemoración del centenario de Ignacio Pinazo a Castellón

El Consorci de Museus lleva la conmemoración del centenario de Ignacio Pinazo a Castellón
  • Castellón celebra el Año Pinazo con la primera exposición sobre el desnudo en la obra de Pinazo

  • La exposición reúne 57 piezas, entre óleos, dibujos y carboncillos, procedentes de instituciones públicas como el Museo del Prado o el Museo de Bellas Artes de Valencia además de colecciones privadas

  • La muestra, comisariada por Javier Pérez Rojas, director de la cátedra Ignacio Pinazo es una de las más novedosas en torno a la obra del pintor impresionista

El Consorci de Museus lleva la exposición 'El desnudo en la obra de Pinazo' al Museu de Belles Arts de Castellón, donde podrá visitarse hasta el 21 de mayo.

Con ella, las comarcas de Castellón se suman al Año Pinazo que conmemora el centenario de la muerte del pintor valenciano. Ignacio Pinazo Camarlench(1849- 1916) es uno de los más destacados artistas valencianos de fin de siglo. A lo largo de 2016 se realizaron diversas exposiciones conmemorativas entre las que destaca 'El desnudo en la obra de Pinazo', que llega ahora a Castellón, por tratarse de una de las más novedosas.

El conseller Vicent Marzà ha inaugurado esta mañana la exposición acompañado por el director del Consorci de Museus, José Luis Pérez Pont, el director del Museu de Belles Arts de Castelló, Ferrán Olucha, y el comisario de la muestra, Javier Pérez Rojas.

El responsable de Cultura de la Generalitat ha destacado que "esta exposición es un buen ejemplo de nuestra voluntad de territorializar la cultura y que los contenidos culturales valencianos itineren por nuestras comarcas como se merecen.

En este caso, gracias al Consorci de Museus que lo ha organizado y a l'Institut Valencià de Cultura que acoge la exposición en el Museu de Belles Arts de Castelló, ambos organismos pertenecientes a nuestra Conselleria."

La exposición revisa uno de los géneros menos estudiados en la obra de Ignacio Pinazo y es, según su comisario, la primera exposición que se dedica a la producción del desnudo de un pintor valenciano de esta época.

Pérez Pont ha explicado que "el Consorci de Museus se suma a la Declaración de L'Any Pinazo por parte del Govern Valencià con esta exposición haciéndola llegar a toda la ciudadanía del territorio valenciano en este caso en Castellón. Éste es uno de los pilares del Consorci de Museos en su labor vertebradora del territorio como lo es también sumar iniciativas entre varias instituciones".
En este sentido, el director del Consorci de Museus ha añadido que "la relación entre los directores de los museos de Bellas Artes de las tres capitales de Castellón, Valencia y Alicante es cada vez más fructífera y esta exposición es un ejemplo de ello".

El director del Consorci de Museus ha agradecido "la implicación de José Ignacio Casar Pinazo, biznieto de nuestro insigne pintor, no solo como director del Museo de Bellas Artes, sino también por la cesión de obras por parte de su familia que con tanta diligencia gestionan la Casa Museo Pinazo de Godella. Agradecimiento que hago extensible al Museo del Prado, al Museo Lladró, Fundación Santander y al IVAM por prestarnos estos verdaderos tesoros que conforman un discurso fantástico hilvanado por el profesor Pérez Rojas".

La muestra reúne 57 obras procedentes tanto de instituciones públicas como privadas como El Museo Nacional del Prado, el IVAM, el Museo de Bellas Artes de Valencia, la Casa Museo Pinazo, la Diputación de Valencia, La Fundación Santander, o la Fundación Lladró, además de galerías privadas y colecciones particulares.

Se pueden admirar los dibujos, tintas, carboncillos, acuarelas, tablas y óleos del pintor que realizó tanto en su etapa en Roma como ya en España, completando así dos periodos importantes en la trayectoria del pintor.

Según Pérez Rojas, comisario de la muestra y director de la Cátedra Ignacio Pinazo "Ignacio Pinazo, como artista moderno inserto en la dinámica de su tiempo, ofrece su peculiar versión en unos desnudos que exaltan el esplendor del cuerpo y la alegría de vivir".

Roma era la ciudad donde el esplendor del desnudo artístico se exhibía por doquier. Cuando Pinazo marcha a Roma en 1874 y después, en 1876 como pensionado de la Diputación de Valencia, comienza a trabajar con ahínco en torno al estudio del cuerpo desnudo en las academias y centros a los que acude para completar y perfeccionar su formación con un conocimiento más profundo de la figura humana. El desnudo era, por tanto, un ejercicio obligado que reflejaba el grado de perfección y madurez del artista.

En 1879, Pinazo envía desde Roma el 'Baco niño' y 'Las hijas del Cid abandonadas en el robledal por los infantes de Carrión', tema abordado anteriormente por Teófilo Puebla en 1871. Pero la simple comparación entre una y otra obra indican la audacia y modernidad de la pintura del valenciano frente al academicismo del primero. El argumento del desnudo encadenado a un hecho histórico le permite a Pinazo realizar uno de los desnudos femeninos más sugerentes que hasta entonces se habían mostrado en toda la pintura española de historia. El relato histórico pasaba a un segundo plano frente a la belleza corporal y los valores plásticos de una obra de gran refinamiento y delicadeza en todos los detalles.

Se podría hablar de dos tiempos en la representación del desnudo en la obra de Pinazo. Uno que se desarrolla fundamentalmente en Roma, con algunas derivaciones posteriores, como la del cuadro 'La edad de oro', y un segundo entre 1885 y 1900, en el cual el desnudo vuelve a ser objeto de estudio en composiciones más complejas al servicio de la pintura decorativa. Pinturas alegóricas concebidas para los techos de los salones de las mansiones de la burguesía valenciana.

Alegorías de las artes y del amor pobladas de bellas jóvenes, amorcillos y efebos pintados sobre grandes lienzos al óleo que se encastraban en los techos y paredes de suntuosas mansiones. El último de estos trabajos importantes es el de la decoración para los Fontanals en el Palacio de Benicarló en 1900, encargo que cierra el ciclo de la pintura decorativa y también el de la pintura de desnudos en líneas generales.

Ahora bien, dado el método minucioso y analítico con el que Pinazo desarrollaba sus trabajos, el tema del desnudo cobra entidad en los múltiples bocetos y estudios que realiza.

Incluso se puede hablar de derivaciones de los mismos en inquietantes y modernas composiciones como la serie de escenas en torno a la figura de Leda. Pinazo no era impasible a la belleza corporal y los desnudos son a veces de una sensualidad casi turbadora. El tema del erotismo no hay que olvidar que había adquirido mayor desarrollo y presencia con el Simbolismo y que la pintura modernista (Klimt, Schiele, Zuloaga) la cultiva de un modo cada vez más insistente.

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