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Una jornada analiza la intervención y reducción de daños desde el trabajo social con drogodependientes en fase de consumo activo

    El Col·legi Oficial de Treball Social de Castelló (COTS) acoge este miércoles 19 de octubre la jornada Personas drogodependientes y reducción de daños para dar a conocer la situación de la ciudadanía con una adicción a sustancias tóxicas y en situación de exclusión social grave en la provincia, difundir la metodología de la reducción de daños en la intervención sociosanitaria con este colectivo y el trabajo que se realiza desde el Centro de Intervención de Baja Exigencia (CIBE) Castelló.

    Este servicio, con 19 años de trayectoria en la capital, atiende a diario a 40 drogodependientes en fase de consumo activo para reducir los riesgos y daños durante esta etapa. "Hay que facilitar que se pongan en tratamiento de deshabituación cuando la persona con una adicción esté en condiciones de dar el paso, pero mientras tanto hay que trabajar para que su salud se resienta lo menos posible y tenga garantizados sus derechos sociales y sanitarios", explica Belén Sánchez, trabajadora social y directora del CIBE Castelló, de la Fundación Salud y Comunidad.

    Sánchez prevé trasladar en esta jornada promovida por el Col·legi "el papel clave que juegan los y las profesionales del trabajo social" en la intervención con este colectivo, integrado generalmente por personas con un perfil de exclusión social muy marcado, "y a las que podemos acompañar en la toma de decisiones que vayan tomando, en los procesos de mejora, cambio o inclusión que protagonicen, y facilitarles el acceso a derechos, prestaciones o recursos que eviten que acaben viviendo en la calle".

    Para la directora del CIBE, "antes que nada, es necesario difundir la idea de que no es cierto que hasta que una persona drogodependiente no está en tratamiento no se puede trabajar con ella", indica. En este sentido, aboga por un "abordaje en red" que implique "a los servicios sociales generales, a entidades con otro tipo de servicios o a la trabajadora social y personal médico del centro de salud más próximo".

    La intervención en red permite romper el aislamiento que sufren, favorecer el acceso a sus derechos, una mejoría general de la salud y de los comportamientos y habilidades sociales, "como puede ser la capacidad para resolver conflictos; en definitiva, con un trabajo en red se pueden conseguir muchos objetivos que al final revierten en la sociedad", añade Belén Sánchez.

    En sus 19 años de andadura, el CIBE Castelló ha atendido (a fecha de 31 de agosto de 2016) a 3.596 personas diferentes. Diariamente pasan por sus instalaciones alrededor de 40 usuarios, el 70% hombres y el 30% mujeres, con una media de 42 años, "aunque hay usuarios desde los 21 hasta los 67 años", aclara Sánchez.

    El 55% de las personas atendidas en el centro carecen de hogar, "aunque ello no significa en todos los casos que vivan en la calle, pero sí en condiciones precarias, bien en viviendas ocupadas, en chabolas o en el coche". En cuanto a sustancias consumidas, "la más habitual en el último año es la heroína, seguida de la cocaína base y el alcohol".

    Desde el CIBE destacan que el 32% de usuarios tiene una patología psiquiátrica grave, y en estos casos "desde el centro hacemos un tutelaje de los tratamientos", al igual que con las personas que sufren enfermedades como hepatitis, dolencias en el aparato digestivo o VIH, facilitando su derivación a hospitales para las revisiones oportunas".

     

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