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Los socialistas de Castellón presentan una moción para eliminar de la plantilla municipal dos empleos de sacerdote

  • La concejala Patricia Puerta afirma que “el PP sigue anclado en el siglo XIX”

Los socialistas de Castellón llevarán al pleno una moción para eliminar de la plantilla municipal dos puestos de trabajo de sacerdote. La iniciativa se fundamenta en que la inclusión de los religiosos en la nómina del Ayuntamiento resulta “absolutamente inapropiada”, atendiendo a la laicidad del Estado. También tratarán de modificar las bases para una plaza de celador en la basílica de Lledó, que consideran “inconstitucional”.

El grupo socialista ya denunció el año pasado la existencia de las dos plazas de sacerdote en la plantilla del Ayuntamiento y planteó su eliminación de la relación de puestos de trabajo. La concejala de Personal del grupo socialista, Patricia Puerta, considera que los puestos de trabajo de los dos religiosos deben ser costeados por la Iglesia, no por el Ayuntamiento.
“El Partido Popular igual cree que Castellón sigue anclado en el siglo XIX, pero la realidad es que una administración pública de ámbito local no puede ni debe financiar puestos de trabajo que no respondan a los servicios propios de la institución”, indica. “El Ayuntamiento no tiene competencia en decir misas”, ironiza Puerta.

Una de las plazas está ocupada por el sacerdote del ermitorio de Lledó, un edificio de propiedad municipal, aunque la labor que desarrolla es religiosa. La otra plaza es la del sacerdote que presta servicio en el cementerio. En estos momentos, está vacante, aunque no ha desaparecido de la plantilla laboral fija del Ayuntamiento. Cada una de estas plazas está dotada con un sueldo de unos 20.000 euros anuales.

Puerta considera, por otro lado, que la convocatoria de una bolsa de empleo de celador en la basílica de Lledó no se ajusta a la Constitución y propone que sea debatida en la mesa negociadora de Personal. En las bases se estipula que quienes opten al puesto de trabajo público deberán “ayudar en las celebraciones litúrgicas y atender las indicaciones del prior”, tareas “impropias” para una persona al servicio de la Administración.

Entre las funciones asignadas al celador están las de abrir y cerrar la basílica cuando se celebren actos religiosos, atender y cuidar la sacristía y el ajuar litúrgico, ayudar en las celebraciones religiosas, bajar y subir la imagen de la patrona desde la hornacina al camarín y atender a los visitantes de la basílica, “especialmente a los peregrinos”. Los requisitos son “excluyentes” y “discriminatorios” para agnósticos, ateos y no católicos.

 

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