Las estrategias de conciliación refuerzan la desigualdad entre hombres y mujeres, según el Club de Debate de la UJI
La Llotja del Cànem ha acogido una nueva sesión del Club de Debate de la Universitat Jaume I para abordar el tema de la conciliación familiar. José Luís Serrano, presidente de CastellónDigital.com, moderó la mesa redonda en la que intervenieron Mercedes Alcañiz, profesora delDepartamento de Filosofía y Sociología de la UJI y especialista en estudios de género; Santiago García, coordinador del máster en Igualdad en el Ámbito Público i Privado de la UJI; y Ana Julián, técnica superior de Igualdad y especialista en conciliación.
Mercedes Alcañiz destacó que “no puede existir igualdad entre mujeres y hombres si no hay conciliación de vida laboral y doméstica” también para los segundos. Alcañiz insistió en que, a pesar de que el ámbito político ha introducido estrategias de conciliación en su agenda desde los años noventa y de que contamos con un marco jurídico que la debería posibilitar, los estudios dicen que siguen siendo las mujeres quienes asumen la responsabilidad familiar. Según afirmó, se refuerza la desigualdad entre sexos cuando son ellas las que abandonan el mercado laboral o piden reducciones de jornada para dedicarse a cuestiones domésticas y familiares, cosa que limita su poder adquisitivo frente a los hombres.
En este sentido, Ana Julián corroboró que la división social del trabajo todavía restringe la presencia de mujeres en el ámbito público y de los hombres en el privado. Por eso, dijo, “la figura legal de la conciliación se pervierte y sus objetivos acaban generando más desigualdad”. Además añadió que “a expensas de la vida privada y de los derechos personales de las mujeres”, puesto que socialmente se considera que “ellas fallan cuando se decantan por la carrera profesional”. Para esta especialista en género, el ejercicio del derecho a la conciliación beneficia a toda la sociedad, tanto desde el punto de vista de la cohesión familiar como desde el empresarial. Además, el Estado que lo regula no derrocharía la formación que proporciona al 60% del estudiantado universitario, que hoy en día son mujeres.
No obstante, tal y como aseguró Santiago García, se siguen anteponiendo los intereses empresariales al derecho de conciliación familiar de hombres y mujeres a pesar de los avances legislativos en igualdad de género. En esta línea, destacó los retrocesos que ha supuesto la última reforma laboral en cuanto a conciliación, ya que ésta no se entiende ni se aplica como un derecho individual de cada trabajadora y trabajador. Así, los hombres se encuentran desamparados cuando las circunstancias familiares no son de fuerza mayor y el colectivo femenino se ve sometido a una discriminación indirecta que afecta su promoción profesional y a las posteriores prestaciones por jubilación.
