El fiscal pide 32 años para los dos grapos que atracaron un banco
El fiscal Vicente González Mota ha modificado sus conclusiones provisionales -en las que reclamaba para cada uno de los acusados 35 años de prisión- en la segunda y última sesión del juicio que se ha seguido ante la sección primera de este tribunal, al estimar que el delito de terrorismo en relación con uno de robo del que les acusa es en grado de tentativa y no consumado.
Considera además que los hechos son constitutivos de otros dos delitos de terrorismo en relación con uno de detención ilegal y otro de homicidio intentado, aunque, alternativamente, ha ofrecido la posibilidad de que este último se considere lesiones.
En el turno de última palabra, el acusado Israel Clemente ha manifestado que lo único que espera es: una "condena larga, porque formo parte de un grupo antifascista". Mientras, Jorge García Vidal ha asegurado que "no es una cuestión política acabar con el director de una sucursal bancaria" y ha dicho que si hubiese sido el director del banco "por supuesto que sí".
Ambos admitieron ayer haber perpetrado el atraco porque, entre otros motivos, querían "una parte de la riqueza que la gran banca roba a este país", si bien aseguraron que no tenían un plan preconcebido para atentar contra el director del banco y que su objetivo era "obtener fondos para llevar a cabo la lucha armada".
El fiscal sostiene que tras abordar a su víctima cuando salía de su domicilio y amenazarle con un revólver, le condujeron hasta la sucursal y esperaron a que llegara otro empleado porque el director ignoraba la combinación de la caja fuerte.
Cuando uno de los trabajadores llegó al banco, el director le alertó y ambos salieron huyendo, momento en el que uno de los acusados disparó su arma y alcanzó al responsable de la oficina en un brazo y en el glúteo.
Además de las penas de cárcel, el fiscal pide que los dos acusados indemnicen solidariamente al director de la sucursal con 200.000 euros.
Por su parte, las defensas de Clemente y García Vidal han solicitado para sus clientes una pena de once años y nueve meses por los delitos de lesiones y robo intentado
