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El Hospital General de Castelló acoge la VI Jornada de Artritis

  • Este acto está dirigido a pacientes afectados por artritis y sus familiares

  • Se dan consejos útiles para la prevención de la osteoporosis, la enfermedad coronaria y los trastornos cardiovasculares asociados a enfermedades reumáticas

La sección de reumatología del Hospital General de Castelló organiza el próximo viernes 7 de octubre, la VI Jornada de Artritis. El acto tendrá lugar en el salón de actos del vestíbulo principal del centro hospitalario castellonense, a las 16:00 horas. En esta jornada se tratarán varios temas de interés para pacientes y familiares enfermos de artritis crónicas.

El evento está organizado por la Asociación de Artritis de Castellón (ARTRICAS) conjuntamente con la Sección de Reumatología de dicho hospital, y se encuadra en el marco del Mes de la Artritis que promueve la Coordinadora Nacional de Artritis –Conartritis.

Esta jornada va dirigida a personas que padecen artritis crónica y a sus familiares, con el objetivo de informarles de todas aquellas cuestiones de interés para los afectados, desde el tratamiento, diagnostico y todo aquello relacionado con la patología.

Además, los ponentes darán consejos útiles para la prevención de la osteoporosis, la enfermedad coronaria y los trastornos cardiovasculares asociados a las enfermedades reumáticas.

El programa de esta cita anual consta de tres conferencias, que abordarán temas de sumo interés para los afectados por esta patología, y al público en general que deseé asistir. El jefe de sección de Reumatología del Hospital General de Castellón, Miguel Belmonte, hablará del riesgo cardiovascular en las enfermedades reumáticas. Arantxa Conesa, reumatóloga del Hospital de Manises y dedicará su conferencia a la mayor incidencia de osteoporosis y fracturas en los pacientes con artritis crónicas. El presidente de ARTRICAS, Carlos Renau, explicará la importancia e influencia social de las asociaciones de artritis y la utilidad del asociacionismo.

Prevalencia y factores de riesgo

Las enfermedades reumáticas están presentes con una frecuencia muy elevada en la población española. Según datos de la Sociedad Española de Reumatología, 1 de cada 5 españoles mayores de 20 años (el 22,6%) padece o padecerá alguna enfermedad reumática.

Especial relevancia tienen los reumatismos inflamatorios crónicos, entre los que figuran la artritis reumatoide, las espondilitis, la artritis psoriásica, y el lupus, por citar solo las principales. Estas enfermedades destacan no tanto por su prevalencia en cifras sino por sus repercusiones sobre la calidad de vida de los pacientes y el deterioro progresivo que producen estas enfermedades: Entre el 20% y el 30% de los pacientes con artritis reumatoide se convierten en incapacitados permanentes durante los tres primeros años de la enfermedad, lo cual afecta a todos los ámbitos: laboral, personal y familiar.

Estas patologías pueden aparecer a cualquier edad y en cualquier persona, aunque se dan en un mayor grado entre las mujeres y, especialmente, entre los 30 y 45 años, de modo que implica un momento clave de la vida laboral y personal.

La Comisión Europea estima que las enfermedades reumáticas suponen el 49,9% de todas las ausencias del trabajo de 3 días o más y el 60 por ciento de las incapacidades laborales permanentes.

La Artritis Reumatoide, es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por inflamación crónica de las articulaciones, pero también puede afectar a órganos internos como el corazón, pulmón, riñón, higado, ojos, etc. La padece el 0,5% de la población adulta española.

En la mayoría de los pacientes el curso es progresivo y conduce a lesiones estructurales de las articulaciones, con deterioro funcional que produce discapacidad, así como una disminución de la calidad de vida y un aumento de la mortalidad.

Una de las manifestaciones extraarticulares más frecuentes en la Artritis Reumatoide es la perdida de masa ósea generalizada, atribuida a factores relacionados con el propio individuo (edad, sexo, duración del período posmenopáusico, índice de masa corporal, base genética), con la enfermedad (actividad, duración, alteraciones hormonales, capacidad funcional) y con el tratamiento instaurado (glucocorticoides, FAMEs, terapias biológicas). La prevalencia de Osteoporosis en la Artritis Reumatoide es dos veces superior a la población general,

Asimismo, presentan un riesgo elevado de fracturas pelvianas y de la región proximal del fémur, con un riesgo incrementado de entre dos y cuatro veces respecto a la población general.

Investigaciones realizadas en los últimos años revelan una relación estrecha entre inflamación y arteriosclerosis. Es conocido que las fases iniciales de la arteriosclerosis incluyen fenómenos de inflamación en las arterias afectadas. Adicionalmente, se ha comprobado en estudios observacionales que los pacientes que presentan inflamación articular sostenida tienen de 2 a 4 veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio o angina de pecho que otros pacientes en los que la enfermedad está bien controlada.

Otros factores como la hipertensión arterial y el tabaquismo influyen negativamente sobre ambos procesos. Los sujetos fumadores, especialmente si son mujeres, tienen hasta cuatro veces mayor riesgo de padecer artritis reumatoide que las mujeres no fumadoras. Es más, las pacientes con esta enfermedad que siguen fumando tienen una progresión mas rápida y agresiva tanto del daño articular como de otros transtornos asociados.

Por lo tanto, es trascedental conocer y tratar estos factores de riesgo para disminuir el exceso de mortalidad asociado a la artritis. Estos datos también se han comprobado en otras enfermedades, como el lupus, aunque con menor intensidad.

En lo que respecta a la repercusión social de las asociaciones de pacientes, cabe tradicionalmente estas organizaciones han puesto énfasis en ser agrupaciones de “pacientes”, personas afectadas por nuestra enfermedad, que sufren en silencio y piden una buena atención sanitaria. Sus objetivos se han centrado, sobre todo en la enfermedad y en su relación con el sistema sanitario, sin incidir o estar presentes en la sociedad más allá de sus propios círculos personales y familiares.

La tendencia actual del asociacionismo es ir mas allá de estas metas locales y familiares. Es preciso orientarlas como agrupaciones de ciudadanos y ciudadanas, con sujetos unidos por un interés particular relacionado con la salud, pero que tienen, además, otros intereses vinculados a los derechos sociales y a toda la sociedad.

 

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