El Hospital General de Castelló organiza una jornada de salud para la atención de pacientes con EPOC
El Servicio de Neumología ha supervisado la parte científica
En la jornada se abordan el diagnóstico, tratamiento y factores de riesgo de esta enfermedad
La directora territorial de Sanitat, Elvira Bosch, ha sido la encargada de realizar la inauguración de la jornada, junto a ella ha estado el gerente del Departament de Salut de Castelló, Guillermo Ferrán.
La jornada ha permitido que se trataran diversos temas trascendentes para los pacientes que sufren esta patología. El doctor Juan Guallar, jefe de sección del Servicio de Neumología del Hospital General de Castelló, ha abordado la cuestión del Consenso nacional de EPOC y del Plan de esta enfermedad en la Comunitat Valenciana.
Por otro lado, la doctora Margarita Marín ha planteado la importancia del diagnóstico precoz, en la conferencia también desarrolló la tipología de los pacientes de riesgo.
La enfermera Remedios Ballester y la adjunta del servicio, Pepa Hueso, han tratado las distintas técnicas, como la espirometría, la prueba fundamental para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
El tabaco es un factor de riesgo para llegar a sufrir EPOC, por esta razón en esta jornada el doctor Juan Manuel Beltrán, responsable de la unidad de Medicina Preventiva del centro hospitalario castellonense, ha abordado esta cuestión.
Amparo Aicart, médico de Atención Primaria, ha explicado el tratamiento y desarrollo del paciente con EPOC. Ha indicado que es muy importante que los pacientes que tienen esta patología sean tratados desde Atención Primaria. De hecho ya en las consultas de Primaria se están realizando espirometrías a pacientes con factores de riesgo, mayores de 40 años y fumadores.
En la jornada también se ha puesto de manifiesto la trascendencia del ingreso hospitalario de estos pacientes y de como afecta esta enfermedad a las personas de edad avanzada.
Hay que recordar que la EPOC constituye una patología de alta prevalencia en la actualidad. Se calcula que afecta a un 10% de la población y la tendencia es al crecimiento de modo que en el 2020 constituirá la tercera causa de muerte.
Los primeros síntomas no son percibidos por el paciente lo que condiciona un diagnóstico tardío, cuando la enfermedad se encuentra en estadios avanzados. En el Estudio IBERPOC publicado en el año 2000 la tasa de infradiagnóstico estaba cercana al 80%. Diez años después poco se ha mejorado y continúan sin diagnosticar el 73% de los afectados.
Las consecuencias de este infradiagnóstico son el retraso en la intervención sobre los factores del riesgo, la perdida de calidad de vida de los pacientes, el aumento de costes que repercuten en el sistema sanitario y el aumento de los años potenciales de vida perdidos por el paciente.
