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Perera se impone en la sexta de feria con decepcionante corrida de Zalduendo

Perera se impone en la sexta de feria con decepcionante corrida de Zalduendo
  • El extremeño corta tres orejas

  • El Juli y José Mari Manzanares se van de vacío

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Magdalena 2008 - Corrida de Toros - El Juli, José Mari Manzanares y Miguel Ángel Perera
Magdalena 2008 - Corrida de Toros - El Juli, José Mari Manzanares y Miguel Ángel Perera
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Perera se impone en la sexta de feria con decepcionante corrida de Zalduendo - (foto 2)
Perera se impone en la sexta de feria con decepcionante corrida de Zalduendo - (foto 3)
En la sexta corrida de la feria de la Magdalena, Miguel Ángel Perera impuso la evidencia y triunfó con fuerza cortando tres orejas. Más allá de los trofeos paseados, el extremeño ha demostrado que es un torero cada vez más maduro y más completo. La papeleta, sin embargo, no era fácil. Por primera vez en esta temporada se veía las caras con dos “gallos de pelea” como El Juli y José Mari Manzanares. Un cartel sumamente atractivo que saldó con un triunfo rotundo. Y en los toros, como en la vida, quien golpea primero…golpea dos veces.

La actuación de Perera en sus dos toros fue la nota más positiva de toda la corrida. La negativa llegó de la mano del ganadero Fernando Domecq, que trajo a Castellón una corrida indigna para esta plaza. Toros muy terciados en general, salvo el sexto, y algunos tremendamente anovillados. Fue el caso de los tres primeros, muy mal presentados. Además, aunque hubo astados manejables en la muleta, todos tuvieron una alarmante falta de casta y raza. Toros para estrellar a una terna…menos a Perera.

El de la Puebla de Prior salió a por todas y consiguió salvar una corrida que iba camino del abismo. Levantar la tarde no era algo fácil. Y él lo consiguió en el tercero, un toro mal presentado al que recibió a la verónica a pies juntos. Decidió el extremeño dejar crudo al toro en el caballo con la intención de que le durase más en la muleta. Acertada decisión.

La faena de muleta tuvo muchos momentos de interés. El comienzo en los medios, con los pases cambiados y los circulares, sin moverse ni un ápice, sirvió para calentar a un público algo adormilado. Al toro de Zalduendo le costaba embestir por el lado derecho y Perera poco a poco lo fue metiendo en la muleta, toreando templado y cuidando y mimando a su oponente. El izquierdo, por el contrario, fue mejor pitón. Y él lo vio claro, consiguiendo sacar largos y limpios muletazos, bajando la mano, gustándose y gustando. Tras una estocada trasera caída cortó la primera oreja de la tarde.

Consciente de la importancia de empezar el año triunfando, algo que siempre han hecho las figuras, Perera puso todo de su parte en el sexto. Fue aquí cuando dio un golpe de autoridad. Éste Zalduendo fue el mejor hecho y el más manejable de toda la corrida. Y con él, Miguel Ángel firmó una completa actuación.

Después de no poder lucirse en el saludo capotero y una vez pasado el tercio de varas, se fue a los medios de la plaza. Y se echó el capote en la espalda. Por las cabezas de todos pasaron esas seis gaoneras que el día anterior había dado José Tomás. Y como las comparaciones son odiosas, no vamos a comparar. Porque Perera se la jugó sin trampa ni cartón y estuvo muy quieto en las cinco gaoneras que dio, con el toro quedándose muy corto. Y como ocurriese veinticuatro horas antes, puso al público en pie.

Con la plaza metida en el bolsillo, Miguel Ángel no quiso perder el tiempo con su toro. Un buen comienzo, con los pies clavados en la arena, sirvió de antesala a lo que vendría después. Le dio distancia el extremeño al toro, con motor pero incómodo, que le enganchó en varios muletazos. La siguiente tanda, de seis muletazos y el de pecho, sí fue más limpia. Pero fue aún mejor la siguiente, toreando muy despacio, muy lento, con mucho temple, moviendo de forma sensacional las muñecas y llevando al toro muy largo. Al natural, el toro comenzó a rajarse. Una lástima porque Perera podría haber terminado de reventar Castellón. Con el toro muy parado, el diestro tiró de valor, se pegó el arrimón antes de poner punto y final a su faena con unas ajustadas manoletinas y una estocada caída. Otras dos orejas que sumadas a la primera que había paseado, le convierten, hasta el momento, en el triunfador numérico de la feria.

La corrida, al margen de Perera, tiene poco más que contar. El Juli se estrelló con dos toros infumables y con ambos estuvo técnico aseado y técnico. Por su parte, José Mari Manzanares dejó detalles de su toreo tanto con el descastado segundo como con el quinto, al que podría haber cortado una oreja después de no haber fallado con los aceros.

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