Vía Pública desmonta el merendero La Sirena tras ser autorizado el ayuntamiento a proceder de manera subsidiaria

Un problema menos para Pascua; esa era la sensación de los responsables municipales después de que esta mañana personal de Vía Pública, en colaboración con Fobesa, haya procedido a la retirada subsidiaria del merendero Sirena que debía haberse desmontado por parte de sus propietarios al terminar la campaña estival en el Arenal, cuando se desmontaron el resto de bares y chiringuitos que cada verano se instalan en la playa. Este merendero, en cambio, ha permanecido montado medio año, aunque semiderruido, a causa de las inclemencias metereorológicas registradas el pasado otoño.

El motivo por el que continuaba instalado ese merendero, según explicó en su día el concejal de vía pública y poblados marítimos, Pedro Sancerni, que esta mañana se encontraba verificando el desmontaje, era una decisión judicial que impedía que el Ayuntamiento ejercitara la orden de retirada. Por la información que manejaba el consistorio, este verano uno de los dos socios del merendero demandó al otro ante los tribunales lo que determinó que un juez cerrara el local y lo precintara, incluso antes de finalizar la temporada.

El hecho es que el local se vino abajo y durante el otoño y el invierno ha sido frecuentado por transeúntes, en busca de refugio, que incluso han llegado a pernoctar en su interior, al igual que hacen en muchas alquerías del término municipal. Tanto la Guardia Civil como la Policía Local han patrullado diariamente por las inmediaciones del merendero, pues inicialmente en su interior habían enseres propios de la actividad, aunque el local pronto quedo desvalijado, desapareciendo todo lo que podía resultar de valor.

Una vez más el retraso de una resolución judicial ha impedido actuar con más diligencia a la administración local. Es el caso cotidiano de los coches abandonados en la vía pública, que sólo pueden ser retirados después de una farragosa tramitación.

La autorización para poder desmontar el merendero la Sirena ha llegado en el mejor momento, según los responsables municipales, pues era un peligro de cara a Pascua, en la que muchas personas, en especial pandillas de jóvenes, se trasladan a la zona marítima para celebrar esta festividad. Incluso se planteaban, en caso de no llegar la autorización, acordonar todo el perímetro del local para que nadie se acercara o se adentrara en su interior donde permanecía la estructura portante partida y en muy mal estado.