El cambio de calificación del Llar Fallero abre el debate sobre si es necesario y cual sería un lugar idóneo para construir uno nuevo

La aprobación el próximo jueves en el pleno ordinario de la modificación nº 31 del Plan General de Ordenación Urbana, que incluye entre otras cosas el cambio de calificación del Llar Fallero de dotacional a residencial, para que sus propietarios puedan construir viviendas una vez finalice el contrato de arrendamiento con el Ayuntamiento, ha abierto el debate acerca de si Burriana precisa o no de un local de estas características, y en caso de necesitarse cuál sería el emplazamiento idóneo para construir un nuevo Llar Fallero de propiedad municipal.

El alcalde de Burriana, José Ramón Calpe, ya ha lanzado esta reflexión en multitud de ocasiones y volvió a hacerlo en el pleno de la Junta Local Fallera celebrado hace dos semanas aprovechando el cambio de calificación que pasará por el pleno y que el actual contrato de arrendamiento finaliza a mediados del año que viene, por lo que sin duda este será uno de los temas que a buen seguro se abordará en todos los programas electorales.
Calpe desea que se recapacite al respecto, teniendo en cuenta que más de la mitad de las comisiones falleras no celebran sus presentaciones en el Llar Fallero y buscan otro tipo de salas y restaurantes que reúnen mejores condiciones. No obstante, a lo mejor, se planteaba, si el Llar Fallero fuera nuevo y reuniera las exigencias de los falleros, sí optarían a organizar sus actos en el en el mismo, y también serviría para que el municipio organizase otro tipo de eventos.

Respecto a dónde se podría construir el nuevo Llar Fallero una hipótesis sería Novenes de Calatrava, donde el Ayuntamiento todavía posee suelo dotacional al lado del nuevo Centro de Salud. Sin embargo, los pasacalles y desfiles están muy arraigados entre las fallas, por lo que un lugar alejado rompería esa dinámica. En una zona bastante céntrica, para garantizar el acceso peatonal por parte de las comisiones, se ha hablado de tres lugares, aunque todos presentan ventajas, pero también grandes inconvenientes. Uno de ellos es la Terraza Payá; más céntrico imposible, pero incluso construyendo un edificio con las máximas garantías de insonorización los problemas que se generarían en el exterior serían incontrolables. En una situación muy parecida está el polideportivo de Sant Blai, que cerrará sus puertas cuando estén construidos los nuevos frontones de Llombai. La idea del equipo de Gobierno era subastar los terrenos para construir viviendas de VPO, pero también podría albergar un nuevo Llar Fallero, aunque con los mismos problemas que en la Terraza Payá por la proximidad de viviendas, en una calle muy estrecha como la del General Prim.

Otra ubicación posible es el solar dotacional que hay detrás del Llar Fallero, en el que se ha proyectado una guardería pública. Sin embargo, la construcción y gestión de este servicio ha quedado desierto, por lo que todavía existen posibilidades por parte del gobierno local de replantearse la situación, y cambiar de ubicación la guardería.

El debate está abierto, y quienes sin duda tienen mucho que decir al respecto son las comisiones falleras, pues una máxima que mantienen todos los partidos en las últimas campañas electorales es que en materia de fallas se hará lo que las comisiones propongan.

Desde el punto de vista financiero se trata de una infraestructura para la próxima legislatura y Calpe considera que para entonces ya se habrá amortizado una parte importante de la deuda lo que permitirá a quien gobierne afrontar nuevas infraestructuras.